Reseña: The Bridges of Shangri-La

Diseñador: Leo Colovini
Editado por: Uberplay, kosmos y 999Games
Año de Publicación: 2003
Número de Jugadores: 3-4
Duración Aproximada: 60 minutos
Categoría: Mayorías y puteo a tutiplén.

Acaban de estrenar una película que hace mucho querías ver.

Has leído un comentario de un par de críticos fiables que la ponen por las nubes.

Quedas con dos amiguetes (a los que crees con buen criterio cinematográfico) y te dicen que han visto la peli y que es la repanocha.

Así, vas a ver la peli deseando que te guste y sabiendo que te va a gustar y...Chofff!!! ¡Te quedas ni fu ni fa. Menudo Chasco!

Eso es lo que ocurre el noventa por ciento de veces en que te creas expectativas con algo. Te montas tu historia y te defraudas tú mismo.

The Bridges of Shangri-la es un juego del que había leído maravillas.

Además, blogueros y jugones fiables, como por ejemplo Neiban, de Lex Friki Malacitana, me habían dicho que era tremendo y que, dado la afición navajera que hay en mi grupo, el juego me iba a encantar.

Expectativas por las nubes y resultado: JUEGAZO.

Gracias Neiban.

Ésta ha sido una de esas pocas veces en que esperas mucho de algo y tus expectativas se cumplen con creces.

¡Qué gran juego! Tremendo.

Componentes

Todo correcto aunque las fichitas de cartón no se acaban de destroquelar del todo bien y son un poco delicadas.

El diseño en general es bastante feo. Digamos que el juego no es el más bonito de la historia.

Ved el tablero

Tema

No tiene. Pegadísimo. Colovini suele hacer abstractos extraños a los que es difícil ponerles tema real. Ya sabéis que me gustan los juegos con tema, pero bueno, no se puede tener todo.

El juego

Tenemos un mapa con 13 aldeas. Comunicadas entre ellas por diferentes caminos (23 caminos en total).

Cada jugador dispone de 42 marcadores o fichas de maestro de su color (seis de cada una de las siete disciplinas) que debe ir colocando en las aldeas a lo largo de la partida.

Cada ciudad tiene dibujado en ella los siete símbolos de las siete disciplinas de los maestros.

Ganará el juego quien, al final de la partida, tenga más maestros colocados en el tablero.

El turno

En su turno, un jugador puede hacer tres cosas:

1) Colocar un maestro Coloca UNO de sus marcadores en el espacio LIBRE de una aldea. El espacio debe coincidir con la disciplina de la ficha.

2) Colocar hasta DOS estudiantes en el tablero Un estudiante es una ficha de maestro que no se sitúa sobre un maestro preexistente.

Puedes colocar estudiantes en la misma o en diferentes aldeas, con el único requisito de que deben ubicarse sobre uno de los maestros de tu color, de la misma disciplina, colocado previamente.

3) Iniciar un viaje

Para iniciar un viaje debes tener al menos un estudiante en la aldea de origen.

Si eliges esta opción, coges todos los estudiantes de la aldea de origen, los tuyos y los de otros colores (los maestros se quedan) y van hasta la ciudad de destino.

Se suma el numero de fichas de cada una de las aldeas y se determina cual es la que tiene mayor fuerza.

Los estudiantes que llegan a una ciudad nueva pueden reubicarse según las siguientes normas:

- La aldea de origen es más fuerte que la de destino.

En este caso, el estudiante recién llegado que debe ubicarse en un espacio ocupado por un maestro de otro color, se lo carga (lo devuelve a la reserva de su propietario) y se coloca como nuevo maestro. Es el nuevo catedrático de la facultad de esa aldea.

Si ya había un maestro de su color, se coloca como estudiante. CAmbia de universidad.

Si ya había maestro más estudiante de su color, vuelve a la reserva. Un maestro sólo admite un Padawan.

- La aldea de origen es más débil que la de destino

El estudiante advenedizo que ve cómo el espacio de su disciplina está ocupado vuelve a la reserva. No le admiten en la facultad.

O bien, el espacio de su disciplina está libre. Aunque es un mindundi, será el nuevo maestro de esa disciplina en su nueva ciudad.

Cuando se realiza un viaje, al final del mismo, se destruye el puente que une las dos aldeas, de origen y destino, de modo que esos dos pueblos no podrán volver a atacarse más.

Cuando una ciudad queda incomunicada, queda cerrada y ya no pueden viajar allí más maestros ni estudiantes.

La partida acaba cuando todas las aldeas están incomunicadas, cuando todos los caminos han sido destruidos.

Estrategias

Como la mayoría de juegos de Colovini, en la primera partida no te sueles enterar de una mierda (en muchos juegos de Colovini ni después de jugar unas pocas), pero luego ves cómo el juego tiene una chicha tremenda.

La cosa es colocar maestros y reforzarlos con estudiantes cuando debes, pero el quid de la cuestión es el tema de los viajes.

A menudo es bueno inmolarse, es decir, enviar a tus -mejor pocos- estudiantes a una muerte segura contra una ciudad mucho más fuerte para destruir el puente y evitar que te aplasten y echen a tus maestros.

Opinión

Ya lo he dicho: Juegazo.

En mi podio de descubrimientos del año.

Juego agresivo y desagradable donde los haya. Y eso es precisamente lo que más me gusta.

A quien no le gusten los juegos de puteo, mejor que se aleje de este Bridges of Shangri-la.

Y a quien os apasione putear y ser puteado, haced lo posible para encontrar esta maravilla descatalogada, cada vez más difícil (y más cara) de encontrar.

Yo, por suerte, pude adquirir una copia en Alemania por 22 € y es la compra de la que estoy más satisfecho en lo que va de año.

¡Qué delicia de jueguito!

Saludos