Jueves por la mañana.
Después de dormir en el suelo de la sauna como un campeón, nos levantamos a eso de las 7 de la mañana. Un servidor con el moquillo colgando pues habían desconectado la calefacción a media noche.
De un salto a la ducha y como nuevo. El agua calentita tiene en mí un efecto increíble. Una ducha matutina y lo que me echen.
A las ocho ya estamos todos preparados para la feria y nos ponemos en marcha. Desayuno y on the road again.
Todo iba perfecto, pero por culpa de un atasco a pocos kilómetros de la feria llegamos a las diez menos veinte.
Néstor y yo entramos por la puerta trasera para sacar nuestros pases de exhibidores y a las diez y diez ya estábamos dentro del recinto. Tras acompañar a Néstor a su puestecito de Nestorgames la cosa estaba lista para la acción.
Mi primera sensación fue de desconcierto (¿por dónde coño empiezo?). Con tanto chiringuito y tanto juego no sabía por dónde tirar. Así que me puse en marcha y empecé a pasear por los pasillos llenos de stands de primera y segunda mano, de editoriales, de supermercados de juegos y de mesas para las presentaciones de las novedades.
Empiezas a caminar y no paras de ver ofertas escandalosas en todos los garitos y eso genera dudas: ¿compro a este precio o me espero por si está más baratito?
Por suerte yo llevaba bastante bien estudiada mi lista de precios y sabía si un precio estaba dentro de lo barato o me la estaban dando con queso.
A las once y media-doce Pepe dio el primer viaje al coche porque ya no podíamos cargar con los bártulos.
A partir de ahí más paseos pa’rriba y pa’bajo en busca de juegos en la lista. Entre paseo y paseo te paras a mirar alguna partida de alguna novedad y ves cómo funciona el juego. Te tropiezas con Friedmann Friesse, con el Doctor knizia que anda despistado mirando un mapa, con la guapa pelirroja Marie Cardouat (la ilustradora de Dixit), con Stefan Stadler…
La feria es básicamente buscar y comprar. Jugar es algo más complicado, aunque si vas los cuatro días te da tiempo a todo. Normalmente, las mesas se llenan rápidamente y para jugar una partida tienes que esperar un ratito.
Nosotros jugamos una partida al Rattus en WWG y un Pantheon en la ludoteca, porque, aparte de las novedades hay una ludoteca en la que te enseñan a jugar a algo y te echas tu partidilla.
La verdad es que la feria no tiene más: mirar y comprar, comprar y mirar, jugar un poquito y ver como juegan otro poquito.
El ambiente es estupendo, ves familias enteras en por los pasillos, tres generaciones juntas de alemanes que pasan allí el fin de semana. Abuelas con sus hijos y nietos van a echarse sus partidas y a comprar algún regalito. Cada vez que veía un niño me acordaba de mis churumbeles. Los he añorado y eso será lo que quizá me impida ir otro año.
Allí dentro, el tiempo pasa rapidísimo. Nosotros estuvimos desde las diez menos cuarto hasta que cerraron a las siete. Más de nueve horas que se pasaron en un abrir y cerrar de ojos y, sin darnos cuenta, entre Pepe y yo habíamos llenado el maletero con 27 juegos.
Mi botín del primer día (todos nuevos):
- Alba Longa 27 € (novedad)
- Albion 10 €
- Egizia 15 €
- Lungarno 2,5 €
- Du Balai 15 €
- Carson City 15 €
- Reef Encounter 7 €
- Siena 9 €
- Atlantis 12 €
- Cartagena 10 €
- Princes of Machu Picchu 18 €
- Torunay (novedad) 26 €
- Ampliación de Stone Age 19 € (novedad).
- Islas Canarias 10 €
- Drum Roll 32 € (novedad)
- Timbuktu 9 €
- Mykerinos 12 €
- Peloponnes 30 €
¿Qué os parecen mis tesoros?
El viernes era nuestro segundo y último día en la feria. Sólo podíamos estar hasta mediodía y había que aprovechar lo que se pudiera.
Una cosa muy chula del segundo día es que llegamos a las 9 y media y mientras todo el mundo hacía cola para entrar, Nestor y Mr. Meeple sólo tuvimos que enseñar nuestros pases de exhibidor y entrar por la puerta grande. Sin colas y con la feria sin público. Chulo, ¿eh?:
Un lujo ver la feria vacía y contrastar esa imagen con la de unas horas más tarde, en plena ebullición.
Aquí tenéis algunas instantáneas del antes y después.
Con veintisiete juegos comprados el primer día, Pepe y yo sufrimos lo que nos está escrito resistiéndonos a comprar ofertones porque ya no cabrían en el coche. Aún así, me compré un Vendeig por 5 € y Pepe se compró un Urland, un Rattus por 16 € y alguna cosita más.
Luego nos vimos negros para que todo cupiese en las maletas y para facturarlas.
El espacio, más que el dinero, nos impidió traernos más juegos para casa. Allí se quedaron un Ascending Empires por 35 €, un Glenn More por 10 €, Macao 20 €, Rio de la Plata otros 20, Stone Age por 24 €, Neuland por 5 €, y decenas de juegos a precios tremendos.
Suerte que no vinieron conmigo, porque la Sra. Meeple casi me echa de casa cuando ha visto el cargamento.
Mis sensaciones
Hay gente que ha ido por primera vez a Essen, como yo este año, y que dice haberse decepcionado un poco porque es una feria por y para el consumo.
Ciertamente es una feria pensada para que compremos juegos. Su principal razón de ser es vender. A mí eso no me molesta. Me gusta comprar juegos y jugarlos. Como consumidor de juegos me gusta la idea de poder comprar juegos a muy buen precio. Somos consumidores de juegos, así que por qué renegar de una feria pensada para que consumamos masivamente nuestra afición una vez al año.
Además no creo que sólo sea consumir por consumir. Yo disfruto las semanas previas preparando mi lista, comparando precios, leyendo reglas, estudiando las novedades. Eso es tiempo de ocio y ocio queno cuesta un duro.
Si comparas todo el tiempo que te pasas preparando la feria con el dinero que te gastas allí y lo que viene después de la feria (jugar los juegos), sin duda sale a cuenta.
Essen no es sólo lo material porque si quieres y vas con tiempo, puedes jugar. Quizá no a todas las novedades, pero puedes jugar. Además, la experiencia que te llevas es increíble. Prueba de ello es que pasas nueve horas caminando entre juegos y se pasan volando. La evasión que te proporciona la feria es un reconstituyente que puede durar muchos meses. Una medicina contra el estrés y el cansancio que acumulamos cada día.
Vitamina Lúdica.
Me encantaría volver, aunque en estos tres días he echado muchísimo de menos a mis niños y a la Sra. Meeple.
Adiós Essen, hasta el año que viene (o no).
Qué haces con dos Carsons, gañán?
ResponderEliminarCarson City 15 €? Lo compraste por arrebato, seguro! Te lo compro si quieres, no sea que la Sra Meeple te pegue con la escoba.
ResponderEliminarParece que esto de Essen es digno de verse, quizás el año que viene...
Ja, ja. Creo que la Sra. Meeple se ha resignadoconmigo, soy una causa perdida. Por suerte, te´nemos una visita pendiente al Ikea y eso le compensará mis travesura lúdicas (y me permitirá comprar una estantería).
ResponderEliminarMuy buena entrada.
ResponderEliminarUna de las cosas de Essen que hace que piense "bah, puedes pasar sin ir" es eso que reflexionas de "ir a buscar juegos y a comprar". Ya mirando hilos en labsk de anteriores ediciones, me di cuenta de que no es una feria para jugar. Que sí, que puedes jugar, pero allí a lo que vas es a mirar, ver las novedades, y hartarte de comprar, pues los precios q hay son cojonudos. Por una cosa así valoro aún más el Festival de Córdoba. Allí sí vas a jugar, y ojo, tb puedes comprar muchos juegos. Si es que de todos modos pa inflarte comprar ya lo hace uno a jierro con nuestras tiendas nacionales! jajaja. Aun así, reitero que me encantaría ir, pero a dia de hoy me hace más ilu un Festival pa jugar que uno pa comprar.
En cuanto a los juegos que has comprao... qué mamoncete! (claro, ésta es la parte de envidia gordísima!jajaja) buenísimos precios. El Albion a 10 está tiraísimo, y pa tirao he alucinao al ver el Lungarno a 2´5!!! ya me contarás de él. A mí me sorprendio este verano el jueguecillo.
Ah, y el Venedig estuve a punto de pillarlo, deseando tb que comentes qué tal.
Sobre la feria de Essen lo que quería decir es que a mí sí me entusiasma apesar de muchas opiniones la cataloguen como meramente consumista. Que es una feria para comprar, sí. Pero somos compradores. Y además de la compra está el ambiente y la vivencia. Y, si vas los 4 días, puedes jugar. Sin duda.
ResponderEliminarYo no he estado en Córdoba, pero sí en otros eventos similares a los que vas básicamente a jugar (Granollers, Ayudar Jugando) y no creo que sean mejor ni peor. Son diferentes. Yo personalmente me lo he pasado mejor en Essen que en Granollers. Me encanta buscar y rebuscar en los puestecillos, y encontrar ofertas y juegos difíciles de encontrar.
Si la morriña de los niños y la economía me lo permiten, el año que viene volveré. Lo suyo es ahorrar todo el año y gastarte todo tu presupuesto anual de juegos en Essen. Comprarás 4 veces más por el mismo dinero.
Y sobre los precios... ya he dicho juegos que se quedaron allí por 4 duros y se me ocurren más (51 state por 15€, Loyangs a 15 €... era un despelote).
Joder, el 51state por 15 euros es un dolor dejarlo allí... Juegazo!!
ResponderEliminarY yo quiero que me cuentes más cosas de la expansión del Stone Age; a ver que tal!
Un año de estos iré...
Un saludo!!!
Ei Arnau!!! El Carson es per a un amiguete que em va fer una comanda!!! Com que era de la mateixa companyia que l'Alba Longa (Quined) vaig aprofitar per fer un preorder del pack amb el reef encounter i el Siena (tots 4 per 58 €).
ResponderEliminar:)
Lethan, sí, el tema de dejar jeugazos por debajo de los 15 € fue muy doloroso.
ResponderEliminarLa próxima visita a Essen, me voy con dos maletas. Ya no me compro un juego hasta la próxima feria.
Ostres, està clar que vaig badar! :(
ResponderEliminarL'any que ve si hi tornes a anar potser m'ho miro abans i si que et passo algun encàrrec. O potser hi vaig jo perquè no sé si tindràs lloc a la maleta.
Entonces vas a Essen el año que viene? Pues anda, reserva tú el hotel que a mi me da la risa.
ResponderEliminarO.o .... barato, todo tan barato..... algún año me escapare a Essen, es como lo de ir a Disneylandia, aunque sea una vez en la vida
ResponderEliminarQue fuerte lo de los precios!!!! Y pocos juegos cayeron...reff encounter a 7 euros y una egizia a 15....me quedo sin palabras....
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