Y por fin Pepe perdió al Carson

¡Ya era hora, leñe!

En veintipocas partidas el tipejo sólo había perdido dos.

No he sido yo quien le ha parado los pies, no.

Este sábado, mi hermanito  Albert consiguió su primera victoria a este juego a base de construir y ganar perras como un condenao.

Yo por mi parte, para atrás como los cangrejos. La peor puntuación que he hecho en  todas mis partidas a este juego. Y todo por ir a ahostiarme con todo quisque. No es mi estilo en el Carson.

Otra vez será. Estoy deseando echarme otra para cogerme la estrategia del cherife luser y perder todos los duelos del último turno: el luser ganador. Ja, ja. Buenísima.

Pepe, se te ha acabado el monopolio.

(risa malévola)

Antes de la derrota de Pepe y de mi humillante partida al Carson (no digo mi puntuación por vergüenza) les endiñé una palizaka monumental al Caylus.

En Caylus, al contrario que en el Carson, mi aprendizaje va in crescendo (creo yo) a marchas forzadas.
Anda que no les di cera los primeros cinco o seis turnos con el preboste.

Palizón de campeonato.

Pepe, como yo en el Carson, cada vez puntúa menos en el Caylus.
Y esta vez, se lo debemos a mi amiguete:

¡Qué grande eres pequeño!