Hooligans

Pensaba uno que el panorama futbolístico era el más lamentable en lo que se refiere a opinar, debatir y hablar en serio.

Vamos que uno, como madridista que es, no puede decir que Messi es el mejor de galaxia y de la historia, y que da gustirrinín ver jugar al Barça (aunque quiera que pierda siempre) sin que se le tiren a la yugular decenas de madridistas ronceriles que le acusen de antimadridista. Del mismo modo en el otro bando hay otros tantos atontaos que tachan, por ejemplo, a Cristiano de ser un paquete. Vamos, el muchacho engominao será lo que será, pero jugando es una bestia parda con independencia de la camiseta que lleve.

Bueno a lo que voy, que me pierdo.

Decía antes que pensaba yo que el mundo del fútbol era el peor a la hora de tertuliar y debatir en serio, pero no, no es el único mundillo intolerante ni tampoco el más lamentable. Por desgracia el mundo lúdico también está plagado de hooligans, fanáticos y talibanes.

No hay más que ver opiniones o críticas asesinas de jugones a juegos que les desagradan y comentarios contundentes y maleducados a opiniones y reseñas de juegos.

Cuando alguien escribe una crítica negativa sobre un juego (aunque sea constructiva y argumentada)  recibe palos hasta en el DNI. Palos que suelen ser desagradables, maleducados y que van a lo personal. Las respuestas a las críticas al juego trascienden de lo "periodístico", de la opinión, y se dirigen de forma sangrienta contra quien opinó.

A mí personalmente me cabrean las críticas negativas sin argumentos del tipo "este juego es una mierda", pero acepto la crítica argumentada y las opiniones negativas de juegos que no me gustan. Entiendo perfectamente que haya juegos que me gusten a mí y a los demás no, pero eso hay gente que no lo entiende.

Y no sólo no lo entiende, sino que los hooligans se sienten atacados cuando les critican "su" juego amado.

Ojo, que esto no sólo pasa con las críticas negativas. También tenemos el efecto contrario: se escribe una crítica positiva que elogia un juego y los detractores del mismo reaccionan otra vez contra el autor (contra el autor, ojo, no contra su opinión) de forma furibunda y agresiva.

La semana pasada recibí un comentario bastante feo por mi crítica-comparación del Coup y el Love Letter. El anónimo (porque recordemos que estos hooligans suelen ir enmascarados. ¡¡Cobardes!!!) acababa su desagradable comentario así. "¿Se tiró a una novia tuya Seiji Kanai?".

La frasecita ponía a huevo una respuesta sobre la santa madre del anónimo y la profesión más antigua del mundo, pero hay que dejar a los enmascarados que se desprestigien ellos solos.

Una pena que en este mundillo existan estos radicalismos.

A veces olvidamos que los juegos son sólo eso eso: juegos, y que aunque sea nuestra afición favorita y nos la tomemos en serio, no dejan de ser algo trivial y para evadirnos, en definitiva, para ser felices.

Olvidamos también que para gustos colores y que cada uno puede tener y manifestar su opinión de forma educada sin que nos lo tomemos todo como algo personal.

En el fondo, creo yo, es un problema de cultura y de educación.

Una pena. Estamos rodeados de hooligans.