Reseña: Chinatown

Diseñador:Karsten Hartwig
Editado por: Alea, Z-Man, Filosofia; QWGG y otros
Año de Publicación: 1999
Número de Jugadores: 3-5
Duración Aproximada: 60 minutos
Categoría: Negociación pura y dura y set collection

Voy a reseñar Chinatown  habiéndole jugado una sola partida (que seguro no va a ser la última), pero lo suficiente para descubrir todas las virtudes de este sencillo y divertido juego.

Para empezar, destacar que Chinatown se editó por primera vez en 1999 por parte de Alea. Durante muchos años el juego estuvo descatalogado, muy buscado, y por él se pagaron precios muy altos.

En 2008 varias editoriales publicaron de nuevo el juego que hoy en día puede encontrase a un precio asequible si se busca bien (a mí me costó 15 euros).

El tablero

Componentes

85 cartas de edificio (tamaño euro mini), 150 marcadores de edificio, marcador de turno, bolsa de tela, carta de jugador inicial, cartas de dinero tamaño euro mini, 90 losetas de negocio, un tablero y un reglamento, en mi caso en alemán (por lo que de poco me sirve).

Cartas de edificio

Todo correctísimo. 

Es importante destacar que las nuevas ediciones, no incluyen 9 cartas de bonus que sí incluía la edición de Alea. De esas nueve cartas se usaban seis en cada partida, una por turno, y servían para dar ingresos extra a quienes tuvieran un número determinado de negocios construidos.

Realmente son cartas prescindibles y que, creo, le daban un poco más de ventaja a quienes iban por delante. Si te gusta añadir los bonus  puedes hacerlas tú mismo.

Los negocios

El juego

Se supone que somos empresarios chinos que queremos abrir nuestros negocios en Chinatown.

El tablero muestra una serie de parcelas-edificios numerados del uno al ochenta y cinco.

Al principio de cada turno se nos reparten al azar unas cuantas cartas de edificio-parcela (el número de cartas depende del número de jugadores). Cada jugador elige unas cuantas cartas de su mano (depende también del número de jugadores) y adquiere las parcelas indicadas en las cartas.

Tras elegir y adquirir las parcelas, cada jugador recibe al azar un numero determinado de losetas de negocio que coloca ante él.

Los marcadores 

Entonces, comienza la fase de negociación. Los jugadores tienen un tiempo para negociar con quien quieran, como quieran y con lo que quieran. Se pueden adquirir losetas, parcelas por construir o parcelas construidas a cambio de dinero, de parcelas, de negocios ya construidos, de promesas futuras etc. En cualquier combinación.

Cuando acaba el tiempo de la negociación cada jugador elige si abre o amplía algún negocio en sus parcelas.

El objetivo es abrir negocios cuanto más grandes mejor, porque, cuanto más grande es un negocio, más ingresos recibes en la fase de "incomes". Además, cada negocio tiene una capacidad máxima y cobraremos extras si el negocio está "completo" (tiene su capacidad máxima). 

Por ejemplo, una floristería está completa si está ubicada en cuatro parcelas.

Opinión

Aunque a la Ficha Negra le encantan los juegos de negociación, con Chinatown tenía mis reticencias porque mi grupo suele ser agresivo y poco amigo de las negociaciones. Sin embargo, el juego ha sido una auténtica sorpresa que cuajó a la primera y nos encantó a todos. Tenemos muchas ganas de repetir.

Todo por la pasta

Estamos ante un juego con muy pocas normas, que se explica en cinco minutos y se juega en una hora. Uno de esos juegos en los que puedes gozar de lo lindo y que también puede sacar lo peor de uno mismo. Ideal para destruir matrimonios y relaciones estables. 

Si todos los juegos dependen del grupo, Chinatown aún depende más de quienes y con qué ganas lo juegan. No estamos ante un juego para tímidos porque te pasas casi toda la partida discutiendo, negociando y persuadiendo.

Negociación (interacción) pura y dura.

Juego apto para jugones y no jugones que, sin duda, es el mejor juego de negociación al que he jugado. 

Enemigos de los euros que os quejáis del efecto multijugador solitario y de la falta de interacción: Chinatown va sobrado de esta última.

Imagen de Henk Rolleman en BGG

Por todo lo dicho, estamos ante una joya imprescindible en cualquier ludoteca. Su tremenda interacción, su originalidad, su sencillez y su accesibilidad para veteranos y noveles lo hacen un juego que debe estar en toda colección.

¡Qué ganitas tengo de volver a jugarlo! (eso sí, con gente que me tome en serio porque me hacen el vacío! ¡Cabrones!)

Jugad mucho y hasta la próxima reseña.