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lunes, 26 de enero de 2015

Mundo viejuno: reseña Pueblo

En "mundo viejuno" vamos a reivindicar juegos veteranos, de más de 10 años, porque ya se sabe que en este mundo de los juegos de mesa todo lo que no está a la última ya no interesa demasiado.


Autor: Wolfgang Kramer y Michel Kiesling
Publicado por: Ravensburger
Año de publicación: 2002
Duración: 20-30 minutos
Número de jugadores: 2-4
Categoría: abstracto colocación de losetas (fichas 3D).

Si pasas por un escaparate y ves de oferta esta caja en cuya portada Iván Zamorano está en su mundo interior, con la mirada perdida en el infinito, mientras un grupo de indios americanos en tejanos y sin camiseta (todo muy gay) construye una especie de pirámide, seguramente no desearás comprar este juego. Vista la caja, no me extraña.

Pero si no la compras la has cagado forastero. Primero porque el juego está descatalogadísimo y vale una pasta, y segundo porque el juego es un juegazo.

Tema

Buffffffff, es un abstracto, de acuerdo, pero un grupo de indios que construyen su aldea.... Buahhhh


Fichas neutrales y rojas
Imagen BGG
Componentes

Todo con un aspecto viejuno y muy kitsch pero con su encanto. Dos tableros (uno de puntos y uno de juego), 4 marcadores de puntos, un marcador de jefe, una ficha de parchís blanca para la puntuación final, un puñado de fichas de resina tridimensionales en 5 colores y un reglamento bien escrito y con ejemplos.





El juego

Como decía, Pueblo es un juego abstracto de colocación de losetas, en este caso fichas tridimensionales. Con una mecánica muy sencilla se trata de hacer menos puntos que los demás. Al final de la partida quien tenga menos puntos gana.

Al principio del juego los jugadores reciben las fichas tridimensionales de su color y además el mismo número menos uno de fichas neutrales.

Las fichas se emparejan de forma que una ficha neutral acompañe siempre a una de tu color.

En su turno, el jugador activo coloca una de sus fichas en el tablero. En el primer turno será siempre una ficha de su color. En el segundo turno deberá elegir la ficha de una de las parejas (neutral o de su color) y colocarla. En los siguientes turnos deberá colocar la ficha suelta, si no la hay, deshacer una pareja de fichas.

Las fichas deben colocarse de modo que no haya partes de la pieza flotando, es decir, que debe estar con las tras bases tocando el tablero o en otras fichas.

Tras colocar pieza, el jugador activo mueve el jefe de uno a cuatro espacios.
El jefe está en un track que rodea el tablero de juego. Una vez movido el jefe se comprueba qué piezas puede ver en línea recta desde su posición. Cada parte de pieza que pueda ver da puntos. Si ve un cubo de color tocando el tablero su propietario recibe un punto, si el cubo está en una altura de dos pisos (sobre un cubo que toca el tablero) recibirá dos puntos, y así sucesivamente en cada piso que pueda ver. Los puntos se acumulan si tienes varios cubos a diferentes alturas.

El tablero está dividido en 4 cuadrantes. Si el jefe se detiene en una esquina, se comprueba el cuadrante donde esté desde vista aérea y se da un punto a cada jugador por cada cubo visible desde arriba.

Cuando todos los jugadores han colocado todas sus fichas, el jefe comprueba todos y cada uno de los pasos de su track y de uno en uno otorga puntos a los jugadores.

Quien tenga menos puntos gana.

Opinión

Pueblo es un juego con un diseño gráfico y unas ilustraciones horrendas que no hacen honor al juego. Estamos ante un juego abstracto que escala muy bien (dependiendo del número de jugadores se juega con un número de fichas diferente).
Imagen BGG

A partir de una mecánica sencillísima, elijo ficha y coloco, el juego se puede convertir en un generador de análisis parálisis brutal. Es tremendamente divertido ver cómo los jugadores empiezan a dar vueltas alrededor de la mesa para ver dónde es mejor protegerse o hacerse menos daño al colocar su ficha. A pesar de su fealdad, el aspecto tridimensional del juego lo hace muy vistoso.

Además de dónde colocar, es interesante la elección de qué ficha elegir en cada momento: o nos protegemos, o colocamos ficha que nos penaliza (y si colocamos protección, en el siguiente turno obligatoriamente deberemos colocar de nuestro color...).

Dada esa sencillez que mencionaba, el juego se explica en 5 minutos y se juega en 20 (a no ser que juegues con Pepe o similares, que entonces la cosa se congela) pero aporta mucha chicha.

En definitiva sencillez y chicha para un juego abstracto de la doble K (K de Kinks, lo bueno abunda), Kramer y Kiesling, que hace ya bastante tiempo crearon un familiar que debería estar en todas las casas.

Un juego fantástico que merece ser reeditado.

2 comentarios:

  1. Uf, cuando publicas 2 entradas en el mismo día es difícil darse cuenta de la 1ª xD

    Grandísimo juego, y como dices, si lo reeditan me lo pillo sí o sí.
    Viva la doble K!! cuánto tiempo llevan haciendo juegazos!

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    1. Jodido de pillar... a mí me ha costado. En Essen no lo pillé y me arrepentí... Por fin está en casa

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