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lunes, 15 de mayo de 2017

Reseña: Cyclades



Autor: Bruno Cathala y LudoviC Maublanc
Publicado por: Matagot, Asmodee en español y otros
Año de publicación: 2009
Duración: 90 minutos
Número de jugadores: 2-5, 6 con expansión
Mecánica: pujas y colección de sets 

Recuerdo cuando a mis 23 añitos, recién emancipado, me auto-invitaba a cenar a casa de mis padres y le pedía a mi madre que preparase una tortilla de patatas de esas que desde el principio de mi emancipación añoraba: gorda, dorada, bien cuajada y sabrosa.
Mi madre, como casi todas las madres, es una espectacular hacedora de tortillas. Y así, tras mi auto-invitación, me sentaba a la mesa y me ponía delante una tortilla como a mí me gustan: gorda, dorada y bien cuajada. Espectacular.

Cyclades es un juego de Bruno Cathala y Ludovic Maublanc al estilo de las tortillas de patatas de mi madre: espectacular.  La miniaturas, el colorido mapa y las brutales ilustraciones de las losetas y las cartas hacen que se te haga la boca agua y te den unas ganas irresistibles de ponerlo en la mesa, sentarte y disfrutar. El trabajo de Miguel Coimbra es, como siempre, insuperable. 


Cada ronda de juego empieza con una subasta muy molona en la que cada jugador puja por una de las losetas de dios, que dará derecho a realizar una acción asociada a dicho dios. 
Cuando superas la puja de un jugador por una loseta, ese jugador debe abandonarla y pujar por otra diferente, pudiendo sobrepujar a su vez a otro jugador y, si eso ocurre, obligándole también a salir de su loseta actual y pujar por otra. La puja acaba cuando todos los jugadores se quedan con una loseta diferente.

Además de la zona de pujas, Cyclades presenta un mapa dividido en regiones que deberemos ir controlando con presencia de tropas y en las que deberemos construir ciudades, las polis.

Tras la puja, por orden de turno, cada jugador realiza la acción asociada a la loseta que acaba de ganar pujando. Esas acciones son básicamente coger tropas marítimas (Poseidón) o terrestres (Ares) y luego moverlas, obtener filósofos (Atenea), sacerdotes (que abaratan las pujas, Zeus) y conseguir dinero (Apolo).
Además, como acción extra, con cada dios se puede construir uno de los cuatro tipos de edificio existentes.
Cuando algún jugador consigue tener 
los cuatro tipos de edificios en las ciudades que controla puede construir una polis.
Ganará la partida quien consiga construir antes cuatro polis diferentes (que también pueden construirse con cuatro filósofos).


Además de la puja, los jugadores pueden comprar una de las tres cartas de criatura (u objeto) disponibles en cada turno. Estas cartas nos ayudarán en nuestras tareas de conquista o defensa de nuestros territorios.

La (presunta) gracia del juego está en el mapa pues habrá batalla cuando dos jugadores se encuentren en la misma casilla de mar o en la misma región terrestre. Una vez resuelta la batalla, el vencedor se queda con la región y con los edificios o ciudades que ésta contenga.

Así, el juego se convierte en una carrera y en una gestión de oportunismo para darle a otro jugador  el "zasca" en el momento oportuno con la intención de robarle sus edificios y conseguir de esta forma las cuatro polis antes que los demás.



Opinión

Nos quedamos antes en ese mágico momento en el que me sentaba a la mesa con mis padres y mi madre presentaba esa tortilla de patatas espectacular que sólo con verla (y olerla) se te hacía la boca agua.

Desgraciadamente, a veces, pocas pero algunas, ocurría que ese mágico momento se iba a la mierda cuando dabas el primer bocado y descubrías que mamá se había quedado muy corta de sal y el sabor no estaba a la altura de la presencia.

Cyclades es por desgracia la tortilla de patatas de esos fatídicos días en que mi madre fallaba en la sal.
Es un juego precioso, espectacular, que llama a que te sientes a la mesa. Un juego con una subasta muy sencilla, molona y llena de mala leche pero que luego, en la segunda parte, el juego se desinfla estrepitosamente hasta el sopor y el aburrimiento más absoluto. Un juego en el que las partidas no están a la altura de la presencia.

El juego carece totalmente de tensión seria y decisiones interesantes, y además se queda en tierra de nadie: ni es un juego de "ahostiarse", ni es un juego de conquista, ni es un juego de mayorías, ni es un juego culo duro, ni es un juego familiar...

Muchos dirán que el problema es que no estamos analizando el juego como lo que es: una carrera. Y claro que Cyclades es una carrera, una carrera táctica y de oportunismo, pero es una carrera "light" que falla definitivamente en crear un ambiente táctico y un oportunismo perverso. Me aburre.

Por si todo esto fuera poco, el juego acaba de forma abrupta y precipitada, pues en el momento en que un jugador ha conseguido su cuarta polis, la partida acaba.

Además, algunas cartas de criatura (como por ejemplo Pegaso) no están compensadas y hacen el juego aún más insufrible.

Hace muchos años jugué a Cyclades y tuve todas estas sensaciones negativas que comento ahora. Lo vendí.
Hace unos días volví a jugarlo y tuve las mismas sensaciones tediosas. Un deja vu para olvidar.

Y es que, en definitiva, Cyclades es uno de esos juegos típicos de la escuela francesa, preciosos como un gatete ronroneando, espectaculares en componentes e ilustraciones, pero con muy poca chicha.

Cyclades es otro juego en los que Bruno Cathala da una de cal. Un autor que es capaz de sacarse de la manga un Five Tribes pero mientras crea un puñado de juegos insoportables.
La diferencia entre Bruno Cathala y mi madre es que a mi madre se le olvidaba la sal en la tortilla muy de vez en cuando y a Cathala la sal se le olvida casi siempre.

Hasta la próxima reseña.

jueves, 4 de mayo de 2017

Partidas en abril 2017


Cien partidas redonditas en un mes con bastantes fillers y pocos estrenos. Pocos porque hemos revisitado juegos antiguos bien molones que hacía tiempo estaban ahí muertos de risa (Egizia, San Petersburgo, Samurai, Mexica, Carson City, Bootleggers. Marco Polo...)

Vamos con los seis estrenos de este mes.

Qwixx

Un filler de dados de la familia yahtzee. Muy tontuno pero ideal para jugarlo en el tren y de vacaciones, que es donde y cuando lo hemos jugado un montón la familia.

Un filler correcto que no brilla especialmente pero cumple como pequeño juego de dados.



Mogul

Pequeño juego de Michael Schacht quien reimplementa su propio diseño de 2002.

Mogul es un "No gracias" vitaminado. Con esa mecánica nuclear y añadiéndole unas cuantas empresas y participaciones sociales tenemos un juego bastante majete.

Si os gusta "No gracias" es una buena opción.

Lemonade stand

Otro filler de cartas con bastante azar y un tema entrañable acompañado de unas ilustraciones que le van como anillo al dedo.

Un juego que no va a gustar a los culos duros por ese exceso de azar, pero que no es un mal juego ni mucho menos. 




NMBR9

Filler minimalista de puzzles.

Sacas carta, Colocas la loseta que sale en la carta intentando construir lo más alto posible. Para ir hacia arriba no puedes dejar huecos debajo y las losetas tienen muy mala leche.
Las losetas tienen forma de número. Al final del juego los puntos se obtienen al multiplicar el número de la loseta por el piso en el que se encuentran. Cuanto más alto y mayor el número, más puntos.
Un filler muy majo para los amantes de los abstractos y los puzzles.


Cobardes

El nuevo filler de cartas para dos jugadores de Tranjis Games.
Cobardes es un juego que sigue en la línea de lo editado hasta ahora por Tranjis, editorial con un estilo muy coherente y que sabe muy bien qué producto quiere y a quien va dirigido.
Estamos ante un juego para no jugones, un micro juego muy bien producido tanto en componentes como en diseño e ilustraciones (es precioso).
Y como juego es un "piedra, papel y tijera" con números y su toque psicológico.
Indudablemente este juego puede cuajar entre los menos jugones, pero para los que tengan un mínimo de bagaje el juego se les va a quedar cortísimo. Es cierto que es un micro juego y que a estos diseños no se les puede pedir mucha chicha, pero ése no es el problema de Cobardes.
Para mi gusto el problema es que las primeras dos cartas casi siempre van a ser las mismas, y el resto de ronda se limita a jugar una de tus cinco cartas con muy pocas opciones y decisiones.
He leído por ahí que es un juego con mucha rejugabilidad y desde luego no se puede negar que tiene la misma que por ejemplo "piedra, papel y tijera", infinita. Puedes jugarlo hasta el infinito. Otra cosa es que a la segunda partida te aburras.
En definitiva, un juego bien diseñado, bien producido, pero extremadamente simple y repetitivo.
Un buen producto que sin duda tiene su público y que muy probablemente venderá porque tiene "target" y se ha hecho con cariño.
No es mi juego.



Dogs of war

Sorprendente eurogame bastante sobreproducido (Cool Mini or Not). Digo sorprendente porque con cuatro normas y su sencillez aplastante encontramos un juego cargadito de maldad y de "porculismo".
Un euro puro y duro que sin embargo permitirá a los jugadores comer orejas, crear alianzas  cambiantes en cada ronda y joderle la vida al prójimo a base de bien. 

Gran juego. La sorpresa del mes por esa interacción canalla que tanto mola.

La foto tan hermosa del encabezamiento es de la recomendada web shutupandsitdown  , echadle un vistazo.