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sábado, 17 de febrero de 2018

Reseña Ponzi Scheme. Vacaciones Santillana.


Autor: Jesse Li
Publicado por: 2Tomatoes en español
Año de publicación: 2015
Duración: 60-90 minutos
Número de jugadores: 3-5
Mecánica: económico, colección de sets y negociación

De vez en cuando aparece en el panorama de los juegos de mesa algún diseño que todo el mundo desea. Una ola de "hype" invade el mercado y todo el mundo habla de ese juego que quiere comprar como sea (a menudo sin conocerlo), pero que desgraciadamente es imposible encontrar a la venta.
El hecho de que esté agotado aumenta el deseo y el juego empieza a cotizarse a precios increíbles en los mercadillos.
Todo eso ocurre hasta que alguien reedita el juego y entonces las ventas se disparan, igual que las reseñas y opiniones.
Eso es, más o menos, lo que ha pasado con Ponzi Scheme hasta que 2Tomatoes lo ha publicado en español hace unas semanas. 

Vamos con mi opinión sobre el juego.

¿Qué es Ponzi Scheme?

Carlo Ponzi fue un inmigrante italiano más listo que el hambre que llegó a EEUU en la década de 1920. El amigo Carlo inventó una forma fácil de ganar dinero: se trataba de convencer a la gente para que le diera su pasta, para invertirla, y devolverla con ganancias. Así, cobraba mucho dinero y devolvía la mitad de la inversión a las pocas semanas, según lo prometido, para generar confianza y obtener nuevos "inversores". Luego devolvía parte de las presuntas ganancias obtenidas con parte del capital de los nuevos inversores. De esta manera, el tipo iba ingresando dinero a espuertas gracias a la aportación de  más personas. Y ahí estaba el truco: no dejar nunca de tener gente que le diese su dinero.El sistema sólo podía mantenerse si no paraban de entrar billetes. Necesitaba cada vez más estafados, de ahí el nombre de estafa piramidal, la cual se derrumba cuando ya no hay dinero fresco de nuevos estafados.

Foto BGG

Componentes

Un tablerito, 72 cartas de crédito, 60 losetas de industria, 5 tableros individuales de tiempo donde colocar nuestros créditos, 5 pantallas, una loseta de jugador inicial, dinero de papel, una billetera y 4 losetas de lujo.

Todo de una calidad correctísima si bien, el dinero de papel (necesario que sea de ese material en este juego) pone un poco de los nervios porque se está utilizando constantemente.

Componentes correctos, sí, pero desde luego nada que justifique los 55€ que vale.
Muchos dirán que hay que pagar las licencias y demás historias jurídico-empresariales, pero eso a mí, como consumidor, me importa un pimiento. Este juego, por componentes, no vale lo que te piden.

El juego.

Al inicio de cada turno, cada jugador va a coger una loseta de industria de uno los cuatro tipos existentes.

Además de por dinero y por las losetas de lujo que hayamos podido comprar, las losetas de industria es lo que principalmente va a dar los puntos de victoria al final de la partida según una escala de puntos (1,3,6,10,15, etc. PV por 1,2,3,4,5, etc losetas de un tipo de industria).

Tras coger una loseta de industria, cada jugador debe coger una de las nueve cartas de crédito que hay en el tablero central. Las cartas de crédito indican, cuanto dinero recibimos de inmediato, cuánto dinero debemos devolver cada vez que se nos reclamen intereses y en qué lugar de nuestro tablero del tiempo debemos colocar la carta. Cuanto más lejos más tardaremos en pagar los intereses.

Foto BGG

Las cartas de crédito se ordenan de menor a mayor en las tres filas y los jugadores sólo pueden coger carta según la loseta que hayan elegido ese turno. Si es su primera loseta de ese tipo debe puede coger de la primera fila, si es la segunda de un tipo deberán coger de la segunda fila y si es la tercera de la última. 

Después de que todos los jugadores hayan elegido una de las losetas de industria, por orden de turno, cada jugador puede negociar en secreto la compra de una loseta de otro jugador. Para ello, cogerá la billetera y hará una oferta secreta a otro jugador. El jugador al que se le hace la oferta comprueba el dinero ofrecido y decide si acepta la transacción o bien devuelve el doble del dinero ofrecido y es él quien compra una loseta de quien pretendía quitársela.

Una vez todo el mundo ha podido hacer una oferta si así lo desea, se pasa el marcador de jugador inicial al siguiente jugador, y el nuevo jugador inicial elimina una de las nueve cartas de crédito que hay en el tablero. 

Hay dos tipos de cartas de crédito, las que tienen un oso dibujado y las que no. Si hay al menos tantas cartas de oso como número de jugadores, el mercado revienta. Si ha petado el mercado la rueda de tiempo avanza dos pasos, si no ha petado sólo avanza uno.

Foto iMisut

Tras mover la rueda del tiempo cada jugador paga los intereses de las cartas que pasen por el punto inicial de la rueda (la flecha roja). 

Si alguien no puede pagar los intereses es eliminado de la partida y ésta finaliza. Entonces se suman los puntos por las losetas de industria, por el dinero y por las losetas de lujo, si alguien tiene (estas losetas se pueden comprar en lugar de hacer una oferta de compra de losetas de industria).

Opinión

Ponzi Scheme es un juego de negociación (poca), de faroleo (poquísimo) y de colección de losetas que se explica en 10 minutos y se juega en algo más de una hora.

Parece ser que a la gente le pirra eso de ver que no llegas a pagar tus créditos y lo guay que es que alguien pueda petar en cualquier momento y no pueda pagarlos, acabando así la partida y disparándose la puntuación final.

Y sí, eso es quizá lo más gozoso del juego: ver quien va a ser eliminado. Todo lo demás es tedioso e insoportable. Se supone que la gracia del asunto está en esas negociaciones clandestinas en las que le ofreces en secreto un dinero a alguien por comprar su puntos de victoria (losetas de industria) y el tiro te puede salir por la culata porque te haga una contra-oferta que te haga perder una de las tuyas. Guaaaaauuuuuuuuuu, tre-pi-dan-te. Pues no. 

El resto del juego es intentar coger la carta de crédito óptima (la que te permita pagar menos intereses, en más tiempo o ambas cosas) e intentar sobrevivir un turno más.

Y en esto el juego también cojea. Aunque algunos digan que las cartas están equilibradas y no hay mucha diferencia entre ellas puede pasar, y a mí me ha pasado, que muchos jugadores se lleven cartas muy benévolas y otros pillen créditos duros. Porque cada vez que alguien coge su carta de crédito del turno se saca una nueva y se reordenan todas. Puede ocurrir a veces que hay en oferta en las líneas del tablero cartas muy duras y cada turno van saliendo créditos ligeros, hasta que a algún desgraciado le toca uno de toma pan y moja.

Como he dicho muchas veces, casi todos los juegos son grupodependientes, unos más que otros, y Ponzi Scheme lo es mucho. Estamos ante un diseño no apto para todos los públicos porque tras una explicación sencilla se esconde un concepto extraño para muchos y que requiere que entren en el juego de las ofertas clandestinas, que es lo que permitirá comprar losetas de industria.

Personalmente no creo que Ponzi Scheme sea un mal juego, pero desde luego está a años luz de ser el fantástico producto que lo ha convertido en objeto de deseo de muchos. 

En mi opinión es un juego muy grupo-dependiente, con un precio excesivo, con un concepto que no encaja con todo el mundo, que escala realmente mal y que promete risas por el faroleo y la negociación, pero que luego se queda en más de sesenta minutos insufribles haciendo cálculos mentales para ver cuánto puedes ofrecer para comprar y poder seguir pagando tus intereses sin ser eliminado. Sumar y restar, nada más. Y para eso ya pago mis autónomos cada trimestre.


Puestos a hacer cálculos, me compro un cuaderno de ejercicios y lo dejo cuando quiero, sin necesidad de tener que aguantar más de una hora de sopor por respeto a los compañeros de mesa.
Nunca más.

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