Páginas

martes, 25 de septiembre de 2018

Mundo Viejuno: Manhattan

En "mundo viejuno" vamos a reivindicar juegos veteranos, de más de 10 años, porque ya se sabe que en este mundo de los juegos de mesa todo lo que no está a la última ya no interesa demasiado.



Autor: Andreas Seyfarth
Publicado por: HiG, Mayfair, Rio Grande, 999 Games, Mercurio en español  y muchos otros.
Año de publicación: 1994
Duración: 45 minutos
Número de jugadores: 3-4
Categoría: Mayorías y gestión de mano.



Vamos a analizar hoy un sencillo juego familiar que está a punto de cumplir el cuarto de siglo.
Manhattan fue el ganador del Spiel des Jahres de 1994. Veamos cómo le ha sentado el paso del tiempo.

El juego

En Manhattan tenemos un tablero con seis ciudades o zonas en las que deberemos colocar nuestros edificios para obtener mayorías.
Cada ciudad es una cuadrícula de tres por tres.

Al inicio de la partida cada jugador dispone de una reserva de 24 edificios de diferentes alturas (de una a cuatro plantas).
Las partidas se juegan en cuatro rondas con cuatro jugadores (seis rondas a tres jugadores) y al inicio de cada una de ellas cada jugador selecciona seis de sus fichas (cuatro en partidas a tres jugadores).

Los jugadores siempre tendrán en su mano cuatro cartas que muestran la ubicación en la que se podrá colocar una de las fichas elegidas al inicio de la ronda.

Así, el turno es muy simple: juego carta, coloca ficha, repongo carta.



Así, en el turno activo jugamos carta y colocamos ficha en la coordenada mostrada en la misma, en cualquiera de las ciudades.

Si la coordenada está vacía colocamos la ficha sin más. 
Si la coordenada está ocupada por una ficha nuestra también la añadimos sin problemas.
Pero si queremos colocar nuestra ficha de edificio en una casilla ocupada por fichas de uno o varios colores que no sean nuestros debemos tener en cuenta lo siguiente: para poder colocar una ficha sobre una de otro color, la suma de los pisos de nuestras fichas en esa coordenada debe igualar o superar las del actual propietario (de quien tiene su ficha a la vista).

El jugador que controla un edificio es el que tiene su ficha visible en dicho edificio, es decir, el propietario de la última ficha colocada.

Cuando todos los jugadores han colocado todas sus fichas se puntúa la ronda y se pasa la ficha de jugador inicial al jugador de la izquierda del actual primer jugador.

El jugador con el edificio más alto se lleva tres puntos de victoria.
Se puntúa también cada una de las seis ciudades por separado, el jugador con mayoría (más presencia) en cada ciudad  obtiene dos puntos de victoria.
Finalmente cada jugador recibe un punto de victoria por cada edificio que tenga en el tablero.

Al finalizar la cuarta ronda (en partidas de cuatro jugadores, seis rondas en partidas de tres) la partida finaliza. El ganador será el jugador con más puntos de victoria.


Opinión

Manhattan es un sencillísimo juego de mayorías que se deja jugar a tres jugadores y brilla especialmente a cuatro.

Estamos ante un diseño directo, efectivo (juego, coloca y repongo) y sin apenas entreturno que destaca por su interacción directa y a cara de perro. Cada región se convierte en una batalla tremenda por las mayorías, colocas ficha, te la pisan, la pisas, la vuelven a controlar y así pasan las rondas.

Esta interacción directa ayuda a que los jugadores se animen a comer orejas e intenten convencer a los demás para que coloquen sus fichas en un sitio o en otro.

A pesar de que la interacción directa Manhattan no es uno de esos juegos que puede frustrar a los jugadores atacados. Así, es una interacción tolerable para familias que tengan tolerancia baja a la competencia directa en los juegos de mesa.

Con una explicación fácil, mecánicas sencillísimas y una interacción y duración ajustada Manhattan es un fantástico juego en su categoría. Las familias a las que les guste la mala leche, pero sin pasarse, van a encontrar en este juego una fuente constante de piques y comidas de oreja.

Estamos ante un diseño con casi un cuarto de siglo con una elegancia que ya quisieran muchos juegos actuales.

Las mecánicas (y sobre todo la diversión) no han envejecido nada mal en este diseño de 1994, no así la estética, pues Manhattan es un juego tremendamente feo en sus primeras ediciones.

Quienes no puedan soportar esta fealdad supina tienen la suerte de poder encontrar en el mercado una edición renovada (y en español) gracias a Mercurio Distribuciones: esta nueva edición aporta 10 cartas extra en exclusiva que estoy deseando saber qué hacen.

Si aún no lo habéis probado tenéis una oportunidad estupenda de descubrirlo.

¡Muy recomendable!

Hasta la próxima reseña.



3 comentarios:

  1. Juegazo maravilloso, como todos los que aparecen en esta sección. La verdad es que es una buena criba, si un juego supera el test del tiempo, algo debe tener. Juego que cumple a la perfección con el estilo de la época, pocas cosas que hacer, y a ver quién las hace mejor.
    ¿Soy sólo yo el que se pirra con les ediciones originales con su fealdad? Yo debo ser viejuno y feuno :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajaja
      A mí por lo general el estilo viejuno no me molesta demasiado. A veces hasta me gusta.
      Pero hay que reconocer que éste es muy muy muy muy feo.

      Lo que pasa es que las fichas se diferencian mejor que las de la nueva edición , que es muy bonita, pero que lleva unas fichas trasclúcidas que no se diferencian bien una vez apiladas.

      Gracias por comentar!!!

      Eliminar
  2. Buenas!!!

    Despues de mucho tiempo ver el juego en la ludoteca recomendada, con la Nueva edicion me he podido hacer con una copia que ayer puede estrenar. Solo puedo decir que gracias!!. Que gran juego y cuanta maldad junta. Nos lo pasamos en grande, seguro que vera mucha mesa.

    Las Nuevas 10 cartas són una Nueva forma de puntuar que se añaden a las otras tres, se saca una en cada ronda y se puntua al final de esta.

    ResponderEliminar