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lunes, 17 de septiembre de 2018

No eres tú, soy yo.


Todo el que ama una áurea medianía
carece, libre de temor, de la miseria
de un techo vulgar; carece también,

sobrio, de un palacio envidiable.
Horacio Carminum II, 10



Si Horacio levantara la cabeza lloraría a moco tendido por lo pasada de moda que está su famosa "aurea mediocritas".
Estamos en la sociedad de los extremos, del todo o nada. La moderación es de débiles. Mejor levantar la voz y que salga el sol por donde sea.

Los juegos de mesa no se libran de esta dicotomía: castaña o pepino, mierdón o juegaco.

¿Seguro? ¿De verdad?

¿Más de tres mil juegos publicados al año y todo es blanco o negro?

Pues aunque un servidor tiene fama de rancio por reseñar algún mal juego de vez en cuando, creo que la mayoría de diseños que se publican hoy están bien pensados y editados.

Claro que hay juegos de mierda (muchos, cuanto más se editen más habrá), muchísimos mediocres y  un buen puñado de Kickstarters a los que les falta un hervor o dos, pero en general la mayoría de juegos son diseños aceptables. Otra cosa es el encaje que tengan en nuestros gustos, grupos y estanterías.

Parece que vivimos obsesionados por la búsqueda de la nueva obra maestra de los juegos de mesa. El nuevo Caylus. Un juego que descubra una nueva  mecánica y además sea canela en rama.

Pues no señores, eso no pasa cada día. No se compone un Exile on Main Street cada dos por tres, ni un Five leaves left, ni un Rumours, ni... No, no pasa.

Pero que no abunden las obras maestras no quiere decir que todo sea una mierda.

La mayoría de juegos se quedan en el grueso de la gráfica. En lo correcto. Sin brillar. Eso no les hace malos juegos. Aunque los jugones digamos que no hay nada peor que el adjetivo "correcto" para un  juego eso no es cierto. Correcto es correcto (del latín correctus. 1. adj. Dicho del lenguaje, del estilo, del dibujo, etc.: libre de errores o defectos, conforme a las reglas). Otra cosa es que brille, que tú lo disfrutes o lo vayas a amar y, sobre todo, que lo vayas a comprar para almacenarlo en tus estanterías. Ése es otro tema. Hablamos de análisis no de gustos.

A veces, sin darnos cuenta, analizamos los juegos más con el corazón que con la cabeza, porque una cosa es que un juego te enamore y otra que si no lo hace sea una mierda. Una cosa es que tú no te lo quedarías ni regalado y otra que no valga ni para calzar una mesa (alguno/s hay).

Hay buenos juegos, bien hechos, que no quiero volver a ver en mi mesa nunca jamás. Nunca. Y hay gente que los goza como un gorrino en una charca.

Así que lo dicho. Necesitamos menos extremismo y más reflexión. Pon a Horacio en tu vida.

Panamax: no eres tú, soy yo.

6 comentarios:

  1. Pues si, tienes toda la razón, aunque para los que comenzamos todo nos parece espectacular!! bueno, por lo menos a mi, aunque a mis amigos hay juegos que no les gustan...y punto!

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    1. Es mucho mejor quedarse en esa etapa en la que todo es espectacular, porque todo se disfruta y estamos deseando pasarlo bien jugando, no analizando y criticando; hay que sentarse a una mesa a jugar, lo de analizar ya vendrá después.

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    2. Pasa lo mismo en todos los «mundillos» que digo yo, sea juegos de mesa, magic competitivo, bailes de salón, magia... al principio todo es maravilloso y luego la experiencia lleva a una mayor comprensión, mayor disfrute... Pero se pierde esa maravillosa sensación de novedad, esa pasión inicial... Bueno así dicho parece que describo una relación sentimental... pero en el fondo no amamos nuestros hobbies? :)

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    3. Totalmente de acuerdo. La experiencia aumenta el disfrute

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  2. «Menos extremismo»... cuanta razón. Siemore he defendido esa base aunque cuidado con decirlo que luego te dedican un video :-) :-) :-)

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  3. https://www.youtube.com/watch?v=xdHvTerrNkM

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