De todo lo que me he traido de Alemania esto es lo que más ilusión me ha hecho:
Princes of Machu Picchu
Hacía bastante tiempo que lo perseguía nuevo o de segunda mano y no bajaba de 35 € en segunda mano. Nada más llegar a Essen vi una pila a 18 €. Un juego de Mac Gerdts, del que aún no he probado ningún juego.
Me gusta el tema, me gusta el diseño, el tablero, los animeeples...Un juego del que he leído muy buenos comentarios a pesar de que ha pasado sin pena ni gloria.
Mykerinos
Un juego cada vez más difícil de encontrar. Las pocas copias que había visto en tiendas no bajaban de los 24 €. Mecánica de mayorías en un juego que parece ser una joyita. Me costó encontrarlo el jodío. En el primer stand que pregunté me dijeron que tenían uno, lo buscaron y no lo encontraron. Volví en un rato, me dijeron que lo buscarían y que volviera a pasar. Volví, pero no lo encontraban. Pregunté en todas las tiendas y nada. Sólo me quedaba un chiringuito. Pregunté y la tendera me contestó que no lo tenían, pero un cliente la corrigió y le dijo que sí, que sí lo tenían y señáló una estantería arriba del todo. Le dí las gracias y apoquiné mis 12 €.
Egizia
Un worker placement que deseaba tener hacía tiempo, pero por uno u otro motivo no acababa de entrar en mi ludoteca. En Spiel Offensive había pilas descomunales de Egizias a 15 €. Tremendo y pa' la saca.
Peloponnes
El juego más caro (sin contar novedades) de todos los que compré. Es un juego que entró en mi wishlist hace muy poco. Leí unas cuantas críticas positivas del juego y como no tengo juegos de civilizaciones, pensé que sería una buena opción. Su duración (45 minutillos) le hicieron ganar enteros y que se pueda jugar de 1 a 5 jugadores aún más. Me gusta el diseño gráfico, austero pero apropiado.
Drum Roll
La novedad que me ha enganchado más. Tras una lectura rápida de reglas, pensé que parecía el típico juego frío de gestionar recursos. La mecánica de la votación para ver si se alargan los turnos le da un toque original. El tema del juego me gusta mucho y el diseño gráfico es estupendo, muy apropiado con el tema.
Me quedé con muchas ganas de probarlo, pero las 2 mesas siempre estaban a tope. Al menos, el preorder me permitió llevarme todas las promo.
Espero que no me decepcione.
Páginas
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miércoles, 26 de octubre de 2011
Mi lista de Essen
Misión cumplida. Casi todo a la butxaca
Cómo me dolió ese Ascending Empires a 35 € que se quedó en el mostrador, por Diossssss!
Habrá que pedírselo a los Reyes.
martes, 25 de octubre de 2011
Crónica de Essen (parte segunda): el paraíso de los juegos
Jueves por la mañana.
Después de dormir en el suelo de la sauna como un campeón, nos levantamos a eso de las 7 de la mañana. Un servidor con el moquillo colgando pues habían desconectado la calefacción a media noche.
De un salto a la ducha y como nuevo. El agua calentita tiene en mí un efecto increíble. Una ducha matutina y lo que me echen.
A las ocho ya estamos todos preparados para la feria y nos ponemos en marcha. Desayuno y on the road again.
Todo iba perfecto, pero por culpa de un atasco a pocos kilómetros de la feria llegamos a las diez menos veinte.
Néstor y yo entramos por la puerta trasera para sacar nuestros pases de exhibidores y a las diez y diez ya estábamos dentro del recinto. Tras acompañar a Néstor a su puestecito de Nestorgames la cosa estaba lista para la acción.
Mi primera sensación fue de desconcierto (¿por dónde coño empiezo?). Con tanto chiringuito y tanto juego no sabía por dónde tirar. Así que me puse en marcha y empecé a pasear por los pasillos llenos de stands de primera y segunda mano, de editoriales, de supermercados de juegos y de mesas para las presentaciones de las novedades.
Empiezas a caminar y no paras de ver ofertas escandalosas en todos los garitos y eso genera dudas: ¿compro a este precio o me espero por si está más baratito?
Por suerte yo llevaba bastante bien estudiada mi lista de precios y sabía si un precio estaba dentro de lo barato o me la estaban dando con queso.
A las once y media-doce Pepe dio el primer viaje al coche porque ya no podíamos cargar con los bártulos.
A partir de ahí más paseos pa’rriba y pa’bajo en busca de juegos en la lista. Entre paseo y paseo te paras a mirar alguna partida de alguna novedad y ves cómo funciona el juego. Te tropiezas con Friedmann Friesse, con el Doctor knizia que anda despistado mirando un mapa, con la guapa pelirroja Marie Cardouat (la ilustradora de Dixit), con Stefan Stadler…
La feria es básicamente buscar y comprar. Jugar es algo más complicado, aunque si vas los cuatro días te da tiempo a todo. Normalmente, las mesas se llenan rápidamente y para jugar una partida tienes que esperar un ratito.
Nosotros jugamos una partida al Rattus en WWG y un Pantheon en la ludoteca, porque, aparte de las novedades hay una ludoteca en la que te enseñan a jugar a algo y te echas tu partidilla.
La verdad es que la feria no tiene más: mirar y comprar, comprar y mirar, jugar un poquito y ver como juegan otro poquito.
El ambiente es estupendo, ves familias enteras en por los pasillos, tres generaciones juntas de alemanes que pasan allí el fin de semana. Abuelas con sus hijos y nietos van a echarse sus partidas y a comprar algún regalito. Cada vez que veía un niño me acordaba de mis churumbeles. Los he añorado y eso será lo que quizá me impida ir otro año.
Allí dentro, el tiempo pasa rapidísimo. Nosotros estuvimos desde las diez menos cuarto hasta que cerraron a las siete. Más de nueve horas que se pasaron en un abrir y cerrar de ojos y, sin darnos cuenta, entre Pepe y yo habíamos llenado el maletero con 27 juegos.
Mi botín del primer día (todos nuevos):
- Alba Longa 27 € (novedad)
- Albion 10 €
- Egizia 15 €
- Lungarno 2,5 €
- Du Balai 15 €
- Carson City 15 €
- Reef Encounter 7 €
- Siena 9 €
- Atlantis 12 €
- Cartagena 10 €
- Princes of Machu Picchu 18 €
- Torunay (novedad) 26 €
- Ampliación de Stone Age 19 € (novedad).
- Islas Canarias 10 €
- Drum Roll 32 € (novedad)
- Timbuktu 9 €
- Mykerinos 12 €
- Peloponnes 30 €
¿Qué os parecen mis tesoros?
El viernes era nuestro segundo y último día en la feria. Sólo podíamos estar hasta mediodía y había que aprovechar lo que se pudiera.
Una cosa muy chula del segundo día es que llegamos a las 9 y media y mientras todo el mundo hacía cola para entrar, Nestor y Mr. Meeple sólo tuvimos que enseñar nuestros pases de exhibidor y entrar por la puerta grande. Sin colas y con la feria sin público. Chulo, ¿eh?:
Un lujo ver la feria vacía y contrastar esa imagen con la de unas horas más tarde, en plena ebullición.
Aquí tenéis algunas instantáneas del antes y después.
Con veintisiete juegos comprados el primer día, Pepe y yo sufrimos lo que nos está escrito resistiéndonos a comprar ofertones porque ya no cabrían en el coche. Aún así, me compré un Vendeig por 5 € y Pepe se compró un Urland, un Rattus por 16 € y alguna cosita más.
Luego nos vimos negros para que todo cupiese en las maletas y para facturarlas.
El espacio, más que el dinero, nos impidió traernos más juegos para casa. Allí se quedaron un Ascending Empires por 35 €, un Glenn More por 10 €, Macao 20 €, Rio de la Plata otros 20, Stone Age por 24 €, Neuland por 5 €, y decenas de juegos a precios tremendos.
Suerte que no vinieron conmigo, porque la Sra. Meeple casi me echa de casa cuando ha visto el cargamento.
Mis sensaciones
Hay gente que ha ido por primera vez a Essen, como yo este año, y que dice haberse decepcionado un poco porque es una feria por y para el consumo.
Ciertamente es una feria pensada para que compremos juegos. Su principal razón de ser es vender. A mí eso no me molesta. Me gusta comprar juegos y jugarlos. Como consumidor de juegos me gusta la idea de poder comprar juegos a muy buen precio. Somos consumidores de juegos, así que por qué renegar de una feria pensada para que consumamos masivamente nuestra afición una vez al año.
Además no creo que sólo sea consumir por consumir. Yo disfruto las semanas previas preparando mi lista, comparando precios, leyendo reglas, estudiando las novedades. Eso es tiempo de ocio y ocio queno cuesta un duro.
Si comparas todo el tiempo que te pasas preparando la feria con el dinero que te gastas allí y lo que viene después de la feria (jugar los juegos), sin duda sale a cuenta.
Essen no es sólo lo material porque si quieres y vas con tiempo, puedes jugar. Quizá no a todas las novedades, pero puedes jugar. Además, la experiencia que te llevas es increíble. Prueba de ello es que pasas nueve horas caminando entre juegos y se pasan volando. La evasión que te proporciona la feria es un reconstituyente que puede durar muchos meses. Una medicina contra el estrés y el cansancio que acumulamos cada día.
Vitamina Lúdica.
Me encantaría volver, aunque en estos tres días he echado muchísimo de menos a mis niños y a la Sra. Meeple.
Adiós Essen, hasta el año que viene (o no).
Después de dormir en el suelo de la sauna como un campeón, nos levantamos a eso de las 7 de la mañana. Un servidor con el moquillo colgando pues habían desconectado la calefacción a media noche.
De un salto a la ducha y como nuevo. El agua calentita tiene en mí un efecto increíble. Una ducha matutina y lo que me echen.
A las ocho ya estamos todos preparados para la feria y nos ponemos en marcha. Desayuno y on the road again.
Todo iba perfecto, pero por culpa de un atasco a pocos kilómetros de la feria llegamos a las diez menos veinte.
Néstor y yo entramos por la puerta trasera para sacar nuestros pases de exhibidores y a las diez y diez ya estábamos dentro del recinto. Tras acompañar a Néstor a su puestecito de Nestorgames la cosa estaba lista para la acción.
Mi primera sensación fue de desconcierto (¿por dónde coño empiezo?). Con tanto chiringuito y tanto juego no sabía por dónde tirar. Así que me puse en marcha y empecé a pasear por los pasillos llenos de stands de primera y segunda mano, de editoriales, de supermercados de juegos y de mesas para las presentaciones de las novedades.
Empiezas a caminar y no paras de ver ofertas escandalosas en todos los garitos y eso genera dudas: ¿compro a este precio o me espero por si está más baratito?
Por suerte yo llevaba bastante bien estudiada mi lista de precios y sabía si un precio estaba dentro de lo barato o me la estaban dando con queso.
A las once y media-doce Pepe dio el primer viaje al coche porque ya no podíamos cargar con los bártulos.
A partir de ahí más paseos pa’rriba y pa’bajo en busca de juegos en la lista. Entre paseo y paseo te paras a mirar alguna partida de alguna novedad y ves cómo funciona el juego. Te tropiezas con Friedmann Friesse, con el Doctor knizia que anda despistado mirando un mapa, con la guapa pelirroja Marie Cardouat (la ilustradora de Dixit), con Stefan Stadler…
La feria es básicamente buscar y comprar. Jugar es algo más complicado, aunque si vas los cuatro días te da tiempo a todo. Normalmente, las mesas se llenan rápidamente y para jugar una partida tienes que esperar un ratito.
Nosotros jugamos una partida al Rattus en WWG y un Pantheon en la ludoteca, porque, aparte de las novedades hay una ludoteca en la que te enseñan a jugar a algo y te echas tu partidilla.
La verdad es que la feria no tiene más: mirar y comprar, comprar y mirar, jugar un poquito y ver como juegan otro poquito.
El ambiente es estupendo, ves familias enteras en por los pasillos, tres generaciones juntas de alemanes que pasan allí el fin de semana. Abuelas con sus hijos y nietos van a echarse sus partidas y a comprar algún regalito. Cada vez que veía un niño me acordaba de mis churumbeles. Los he añorado y eso será lo que quizá me impida ir otro año.
Allí dentro, el tiempo pasa rapidísimo. Nosotros estuvimos desde las diez menos cuarto hasta que cerraron a las siete. Más de nueve horas que se pasaron en un abrir y cerrar de ojos y, sin darnos cuenta, entre Pepe y yo habíamos llenado el maletero con 27 juegos.
Mi botín del primer día (todos nuevos):
- Alba Longa 27 € (novedad)
- Albion 10 €
- Egizia 15 €
- Lungarno 2,5 €
- Du Balai 15 €
- Carson City 15 €
- Reef Encounter 7 €
- Siena 9 €
- Atlantis 12 €
- Cartagena 10 €
- Princes of Machu Picchu 18 €
- Torunay (novedad) 26 €
- Ampliación de Stone Age 19 € (novedad).
- Islas Canarias 10 €
- Drum Roll 32 € (novedad)
- Timbuktu 9 €
- Mykerinos 12 €
- Peloponnes 30 €
¿Qué os parecen mis tesoros?
El viernes era nuestro segundo y último día en la feria. Sólo podíamos estar hasta mediodía y había que aprovechar lo que se pudiera.
Una cosa muy chula del segundo día es que llegamos a las 9 y media y mientras todo el mundo hacía cola para entrar, Nestor y Mr. Meeple sólo tuvimos que enseñar nuestros pases de exhibidor y entrar por la puerta grande. Sin colas y con la feria sin público. Chulo, ¿eh?:
Un lujo ver la feria vacía y contrastar esa imagen con la de unas horas más tarde, en plena ebullición.
Aquí tenéis algunas instantáneas del antes y después.
Con veintisiete juegos comprados el primer día, Pepe y yo sufrimos lo que nos está escrito resistiéndonos a comprar ofertones porque ya no cabrían en el coche. Aún así, me compré un Vendeig por 5 € y Pepe se compró un Urland, un Rattus por 16 € y alguna cosita más.
Luego nos vimos negros para que todo cupiese en las maletas y para facturarlas.
El espacio, más que el dinero, nos impidió traernos más juegos para casa. Allí se quedaron un Ascending Empires por 35 €, un Glenn More por 10 €, Macao 20 €, Rio de la Plata otros 20, Stone Age por 24 €, Neuland por 5 €, y decenas de juegos a precios tremendos.
Suerte que no vinieron conmigo, porque la Sra. Meeple casi me echa de casa cuando ha visto el cargamento.
Mis sensaciones
Hay gente que ha ido por primera vez a Essen, como yo este año, y que dice haberse decepcionado un poco porque es una feria por y para el consumo.
Ciertamente es una feria pensada para que compremos juegos. Su principal razón de ser es vender. A mí eso no me molesta. Me gusta comprar juegos y jugarlos. Como consumidor de juegos me gusta la idea de poder comprar juegos a muy buen precio. Somos consumidores de juegos, así que por qué renegar de una feria pensada para que consumamos masivamente nuestra afición una vez al año.
Además no creo que sólo sea consumir por consumir. Yo disfruto las semanas previas preparando mi lista, comparando precios, leyendo reglas, estudiando las novedades. Eso es tiempo de ocio y ocio queno cuesta un duro.
Si comparas todo el tiempo que te pasas preparando la feria con el dinero que te gastas allí y lo que viene después de la feria (jugar los juegos), sin duda sale a cuenta.
Essen no es sólo lo material porque si quieres y vas con tiempo, puedes jugar. Quizá no a todas las novedades, pero puedes jugar. Además, la experiencia que te llevas es increíble. Prueba de ello es que pasas nueve horas caminando entre juegos y se pasan volando. La evasión que te proporciona la feria es un reconstituyente que puede durar muchos meses. Una medicina contra el estrés y el cansancio que acumulamos cada día.
Vitamina Lúdica.
Me encantaría volver, aunque en estos tres días he echado muchísimo de menos a mis niños y a la Sra. Meeple.
Adiós Essen, hasta el año que viene (o no).
lunes, 24 de octubre de 2011
Crónica de Essen (parte primera): Sleepin’ in the Hammam
Ya estamos de vuelta de la feria de Essen, el paraíso lúdico, la Meca jueguil, a la que la Ficha Negra ha peregrinado por primera vez en su vida junto a Pepe y a los hermanos Romeral: Pedro, Silvia y Néstor, el papá de Nestorgames.
El viaje
Aunque Mr. Meeple tiene su cuartel general en Barcelona, debido a que los hermanos Romeral tenían compromisos varios en tierras mañas (los Romeral son mañicos), la expedición rumbo Essen partió desde Zaragoza.
Así que después de un ratito en coche Barcelona-Zaragoza, cogimos el vuelo vespertino rumbo a… Bruselas.
¿Mande? ¿Pero esto de los juegos no estaba en Alemania?
Correcto, está en Alemania, pero como teníamos que salir de Zaragoza y desde allí lo más rápido y barato (y creo que la única opción) era ir a Essen vía Bruselas…pues eso.
Cosas de Pepe, que además de lento en pensar sus jugadas tiene estas ocurrencias (Pepe es de esos tipos apañaos que lo arregla todo… después de romperlo, claro: “Pepe, no toques eso que se va a romper, Pepe hazme caso hombre que se va a rom…te lo dije, Pepe”).
Una vez aterrizamos en Bélgica cogemos el coche de alquiler y en dos horitas nos ponemos en Wuppertal, a veinte minutos de Essen. Pepe siempre va al mismo hotel de Wuppertal porque el hotel tiene precio más asequible que Essen en los días de feria.
El miércoles por la noche llegamos al hotel hechos un cromo después de tanto kilómetro, deseando dejar las maletas, darnos una ducha y soñar con los cientos de miles de juegos que deben estar ya apilados en la feria.
Al reclamar nuestras habitaciones (a las doce y pico de la noche), el recepcionista nos dice que la reserva no está hecha para el miércoles y jueves, sino para jueves y viernes. Vamos, que esa noche no teníamos reserva.
Además, el tipo nos dice que el hotel está llenísimo, que no hay ni una sola habitación libre y que el pueblo está más o menos igual…
Desde luego, Néstor hace unos juegos cojonudos con Nestorgames, pero lo de hacer reservas de hotel no lo lleva muy bien que digamos. ¡Catetoooooooo!
Una vez procesamos el susto y el estómago vuelve a su sitio, el recepcionista hace unas diez llamadas y nos dice que no hay nada libre en la zona, pero nos da varias direcciones de hotel para que probemos.
Y eso hacemos, otra vez al coche y a buscar alojamiento.
Después de casi una hora de búsqueda infructuosa (todo petadísimo), de hotel en hotel, Néstor llama al hotel y ruega por caridad humana (human charity, porque es en inglés) que nos acojan donde puedan.
Y eso hicieron, nos acogieron como buenamente pudieron:
Nos dieron una habitación individual (que acababa de quedar libre –sospechoso-) para dos personas, y la sauna para que durmiéramos el resto.
Y ahí dormí el primer día, en una sauna, un Hammam como decían allí, Pedro en un sofá, Nestor en una camilla de masajes y yo en el suelo: me hice un colchoncito con mantas y toallas y a dormir como Dios. Porque todo sea dicho, con lo cansado que estaba dormí como hacía mucho tiempo que no dormía.
El sitio era muy surrealista, parecía una sala sacada de Eyes wide shut de Kubrik (sólo faltaba la peña en bolas dándole al asunto).
Así que lo dicho, mi primera experiencia en Essen empezó tremendamente mal.
Si el viaje ya era para mí un poco duro (Barcelona-Zaragoza-Bruselas-Wuppertal-Essen-Bruselas-Zaragoza-Barcelona) el tema del hotel acabó por matar la poca energía que me quedaba.
A las dos y media de la madrugada me eché en el suelo con la alegría de haberme quitado el susto de tener que dormir en el coche con mis compañeros de viaje a 3 grados centígrados. Y me fuí a dormir con esas ganas nerviosas de que amaneciera deprisa para podr disfrutar de mi primer Essen. Como un niño esperando a los Reyes.
Cómo fue la feria os lo explico en la segunda parte.
El viaje
Aunque Mr. Meeple tiene su cuartel general en Barcelona, debido a que los hermanos Romeral tenían compromisos varios en tierras mañas (los Romeral son mañicos), la expedición rumbo Essen partió desde Zaragoza.
Así que después de un ratito en coche Barcelona-Zaragoza, cogimos el vuelo vespertino rumbo a… Bruselas.
¿Mande? ¿Pero esto de los juegos no estaba en Alemania?
Correcto, está en Alemania, pero como teníamos que salir de Zaragoza y desde allí lo más rápido y barato (y creo que la única opción) era ir a Essen vía Bruselas…pues eso.
Cosas de Pepe, que además de lento en pensar sus jugadas tiene estas ocurrencias (Pepe es de esos tipos apañaos que lo arregla todo… después de romperlo, claro: “Pepe, no toques eso que se va a romper, Pepe hazme caso hombre que se va a rom…te lo dije, Pepe”).
Una vez aterrizamos en Bélgica cogemos el coche de alquiler y en dos horitas nos ponemos en Wuppertal, a veinte minutos de Essen. Pepe siempre va al mismo hotel de Wuppertal porque el hotel tiene precio más asequible que Essen en los días de feria.
El miércoles por la noche llegamos al hotel hechos un cromo después de tanto kilómetro, deseando dejar las maletas, darnos una ducha y soñar con los cientos de miles de juegos que deben estar ya apilados en la feria.
Al reclamar nuestras habitaciones (a las doce y pico de la noche), el recepcionista nos dice que la reserva no está hecha para el miércoles y jueves, sino para jueves y viernes. Vamos, que esa noche no teníamos reserva.
Además, el tipo nos dice que el hotel está llenísimo, que no hay ni una sola habitación libre y que el pueblo está más o menos igual…
Desde luego, Néstor hace unos juegos cojonudos con Nestorgames, pero lo de hacer reservas de hotel no lo lleva muy bien que digamos. ¡Catetoooooooo!
Una vez procesamos el susto y el estómago vuelve a su sitio, el recepcionista hace unas diez llamadas y nos dice que no hay nada libre en la zona, pero nos da varias direcciones de hotel para que probemos.
Y eso hacemos, otra vez al coche y a buscar alojamiento.
Después de casi una hora de búsqueda infructuosa (todo petadísimo), de hotel en hotel, Néstor llama al hotel y ruega por caridad humana (human charity, porque es en inglés) que nos acojan donde puedan.
Y eso hicieron, nos acogieron como buenamente pudieron:
Nos dieron una habitación individual (que acababa de quedar libre –sospechoso-) para dos personas, y la sauna para que durmiéramos el resto.
Y ahí dormí el primer día, en una sauna, un Hammam como decían allí, Pedro en un sofá, Nestor en una camilla de masajes y yo en el suelo: me hice un colchoncito con mantas y toallas y a dormir como Dios. Porque todo sea dicho, con lo cansado que estaba dormí como hacía mucho tiempo que no dormía.
El sitio era muy surrealista, parecía una sala sacada de Eyes wide shut de Kubrik (sólo faltaba la peña en bolas dándole al asunto).
Así que lo dicho, mi primera experiencia en Essen empezó tremendamente mal.
Si el viaje ya era para mí un poco duro (Barcelona-Zaragoza-Bruselas-Wuppertal-Essen-Bruselas-Zaragoza-Barcelona) el tema del hotel acabó por matar la poca energía que me quedaba.
A las dos y media de la madrugada me eché en el suelo con la alegría de haberme quitado el susto de tener que dormir en el coche con mis compañeros de viaje a 3 grados centígrados. Y me fuí a dormir con esas ganas nerviosas de que amaneciera deprisa para podr disfrutar de mi primer Essen. Como un niño esperando a los Reyes.
Cómo fue la feria os lo explico en la segunda parte.
jueves, 6 de octubre de 2011
Essen 2011
Por fin este año Pepe me ha convencido para ir a Essen.
Dentro de dos semanas dejaré en casa a mis dos churumbeles y a la Sra. Meeple y me iré a Alemania a echar un vistazo a ese pedazo de feria lúdica.
Casi todos los jugones que hablan de Essen en páginas y blogs lúdicos se quejan amargamente de la falta de novedades interesantes en esta edición 2011.
Yo a Essen voy básicamente a vivir la experiencia lúdica y, en menor (?) medida a comprar juegos. Si todo va bien compraré alguna novedad e intentaré menguar mi wishlist con alguna adquisición baratita o de segunda mano.
Novedades
Ya reservados:
Tournay: el año pasado compré Troyes a ciegas (se lo encargué a Pepe), por su diseño gráfico y porque su autor era Xavier Georges, el mismo de Carson City. Luego resultó que Troyes fue uno de los grandes triunfadores de la feria. Una suerte :). Ya tengo reservado y pagado mi Tournay. Mismo diseño gráfico y mismos autores. A ver qué tal.
Alba Longa: ya reservado. Me he leído las reglas y no parece un juego muy original, pero es un worker placement con dados. Me gusta el tema y el precio. Además, por hacer el preorder puedes conseguir un Carson City por 16 euros y un Reef Encounter por 9 euros. Reservados!!!
Interesan y quizá caiga alguno:
Wiraqocha: aún no me he leído las reglas, pero he leído por ahí que es desagradable a más no poder y ya sabéis que en mi grupo eso triunfa. Además, el diseño es muy chulo y el material muy bonito.
Eruption: un juego sencillote de colocación de losetas. Con un tema divertido: tenemos que salvar a nuestra aldea de la lava que proviene de la erupción volcánica. Material chulo, reglas sencillas y diversión familiar que permite hasta seis jugadores. Éste puede que caiga.
Drum Roll: un juego de “set collection” y gestión de recursos con un tema interesante (el circo) y unos componentes realmente chulísimos.
Singapore : del autor de King of Siam. Un juego de colocar losetas y activar edificios con unas reglas sencillas (4 páginas) que me interesa bastante, pero que no creo que caiga por el alto precio y porque llegará en breve a las tiendas españolas (es de QWG).
MIL: chulada de juego que se han marcado los amigos de Homoludicus. Éste caerá fijo, pero no en Essen, porque se podrá comprar aquí sin problemas.
Ampliaciones: puede que caigan la del K2, la del Speicherstadt y la del Stone Age para mi hermanito Nikochan.
Juegos antiguos
De mi wishlist tengo varias cosas que quizá entren en mi ludoteca si consigo encontrarlas a buen precio: Princes of Macchu Pichu, Hanabi, Mykerinos, Turf Master, etc.
Seguro que sin quererlo vuelvo con más juegos de la cuenta...
miércoles, 5 de octubre de 2011
Tercer trimestre
El trimestre pasado por aquí nos quejábamos de no haber descubierto grandes juegos a pesar de haber jugado mucho y con mucha gente diferente.
Este trimestre ha sido todo lo contrario.
Hemos jugado bastante menos (85 partidas), y hemos descubierto 24 nuevos juegos. Muchos de ellos estupendos y de diferentes estilos
A ver qué os parecen.
Ni fu ni fa
Finca: sencillo, componentes muy chulos, con su miga no lo voy a negar, pero no lo suficiente para engancharme ni tensionarme. Flojete.
Blue Moon City: un churro más de Knizia. Juego con prestigio y reconocimiento jugón, pero a mí me ha dejado muy frío.
Kingsburg: otro juego bien valorado, pero que es flojete para ser un colocación de trabajadores. Además, los malos de final de turno son unos mindundis que le restan tensión al juego. Creo que estaría mejor la cosa si vinieran dando hostias de las buenas. Pequeña decepción.
The Golden City: un Schacht de los sencillotes. Familiar sin demasiada profundidad que no me ha acabado y que está en mi lista de transferibles.
Grandes juegos
Este trimestre he descubierto unos cuantos juegos que me han gustado muchísimo y que espero jugar mucho.
Vineta: juego ligero, divertido y de faroleo, mecánica que a Mr. Meeple le encanta. Además, el juego es precioso.
Maori: otro ligerito que me gusta a dos jugadores. Sencillo pero con chicha.
Luna: colocación de trabajadores de Feld. No lo pongo más arriba porque el tema está pegadísimo y porque veo al juego un poco falto de alma. Pero a pesar de eso el juego tiene miga y la forma de usar los trabajadores es original. Además, todo es mu bonico.
Bison. Un juego del que no se habla mucho y que no gusta demasiado, pero a mí personalmente me ha gustado bastante. Eso sí, feo de coj***s.
Neue Heimat: juego de subastas con mecánicas muy originales. Creo que es muy buen juego, pero a mí las subastas se me dan muy mal y eso no lo va a poner nunca entre mis juegos preferidos.
Giants: superproducido a más no poder (Matagot, claro). Más que bonito, espectacular. Un juego sencillo pero con su chicha que tiene la gracia de esos juegos que permiten usar los trabajadores de los demás. Gran juego.
Jaipur: para dos jugadores. Parece tontorrón, pero todas las decisiones importan. Sólo puedes hacer cuatro cosas cada turno, pero cada elección vale su peso en oro. Más profundo de lo que parece.
Rheinlander: quizá por culpa de Neiban tenía unas expectativas tremendas y eso es un hándicap importante. Este Knizia me ha gustado (que eso ya es mucho en un Knizia) . Buen juego, pero esperaba más.
King of Siam: cómo me gusta ese tablero minimalista. Buen juego de mayorías que tengo que jugar más para acabar de pillarle el tranquillo a la famosa norma de la última carta.
La Città: JUEGAZO. Juegazo tremendo de puteo y tocarle las narices al prójimo. La única pega que le veo es que si te el azar permite que te aticen desde el principio estás perdido. Creo que es un juego en el que es muy difícil remontar y algunas partidas (como la última que jugué yo) pueden ser un suplicio si las cartas no te ayudan y las hostias te llueven por doquier
K2: Muy buen juego de carreras. Sencillo y divertido. Lo mejor del juego es sin duda el tema. A medida que vas escalando y el oxígeno escasea te vas tensionando. Uno de los juegos con más tema que he descubierto últimamente. Caerá reseña (estoy a la espera de si me traigo la ampliación de Essen).
Richelieu: un juego de los buenos de Michael Schacht. Sencillísimo. Mezcla de habilidad visual, concentración y estrategia. Muy chulo.
Tikal II: la verdad es que he dudado entre este juego y un par de los que entran en medallas porque me ha encantado. No entiendo cómo este juego ha pasado desapercibido para jugones y para crítica. Supongo que es porque Kramer ya es un señor mayor y su época ha pasado para muchos. No para mí, pues creo que es uno de mis diseñadores favoritos. Juegos como Tikal II demuestran que aún está en forma. Sencillo pero con mucha chicha. Válido para la familia y para jugones.
Las medallas:
Bronce para Endeavor. Un juego que se juega en poco más de una hora con unas mecánicas más simples que el mecanismo de un botijo, pero que tiene su qué. La elección de los edificios es vital y la de las acciones más aún. Muchos le achacan que es un poco frío, que hay pocas acciones que hacer y que eso puede hacer que se vuelva repetitivo. Quizá sí que es un juego frío y un poco abstracto, pero a mí me ha encantado.
Plata para Los Castillos de Borgoña. El juego al que más hemos jugado en los últimos dos meses. Original, sencillote y que, parece mentira, te va tensionando a medida que avanza la partida y, sobre todo, si los dados no ayudan. Lo único que se le puede criticar es la fealdad de los materiales y la duración de las partidas que es, creo, excesiva para lo que es el juego.
Mejor juego de este trimestre, sin ninguna duda y destacado, medalla de ORO para:
THE BRIDGES OF SHANGRI-LA de Leo Colovini
La verdad es que los juegos de Colovini no dejan indiferente a nadie. O los adoras o los cambias en el mercadillo después de la primera partida.
En mi grupo de juego suele gustar mucho Colovini y éste Bridges es, para mí, el mejor de sus diseños (me faltan unos pocos por descubrir)
Como ya expliqué en esta reseña el juego es tremendo por el puteo y la agresividad que tiene. ¡Cómo mola la cara que se le queda a los demás cuando uno (uno sólo) de tus viajeros mindundis se inmola contra un puente y le destroza un ataque tremendo a otro jugador.
¡Qué juegazo, por Dios!!