Sesión 8 y 9 de junio: haciendo la contraria

Con Pepe en Japón de vacaciones parecía difícil encontrar quórum  finde para echar unas buenas partidas, pero lo conseguimos.

El sábado mi hermano Alber y yo nos invitamos a casa de Sr. y Sra. Nikochan (el otro hermano, el extraterrestre. Si os gusta la música, no dejéis de visitar la ISLA nikochana).

Empezamos la noche con un Agricola, juego que no habían probado nunca los señores nikochan.

Versión familiar de este juego, que, a pesar de lo que digan muchos, para mí es un juegazo.

Lo es porque escala bien, porque puedes jugar con jugones y no jugones, porque es sesudo, pero no demasiado y porque tiene tensión.

Que no tiene demasiada interacción, vale. Pero nada es perfecto.

Gran juego al que siempre me gusta jugar.

No entiendo por qué hay tanta gente que lo pone a parir. Puedo entender que no sea el estilo de juego de alguien, pero de ahí a decir que es un mal juego va una legua. Eso de destrozar juegos es un hobby lúdico que a mí no me gusta demasiado. Hay veces que un juego no es tu estilo, pero no por eso es malo. COmo dicen los ingleses "Not my cup of tea". 

A lo que voy. Partida inicial para los nikochanos, que lo fliparon y acabaron encantados con el juego.

Ganó Alber por un puntito.

el juego es bonito, no hay duda, pero ¿qué me decís del hule?

Seguimos la noche con el tema granjeril y nos liamos con algo más sencillo: Heartland.

A la señora nikochana le gustó bastante, no sé si será por el palizón que nos dio.

El rojo acabó muuuuuuuy lejos. Yo soy el verde. Qué malo, leñe!

La cuñada nikochana se fue a dormir y los tres hermanos estrenamos el Gonzaga, un juego mezcla colocación de losetas con programación con cartas (Neiban lo reseñó AQUÍ).

De este juego también he leído por ahí muchas críticas negativísimas. No es el mejor juego del mundo, pero tiene una combinación original e interesante de programación, hacer caminitos, losetas y puzzle.

A mí personalmente me gustó. No tiene interacción, pero es un juego diferente y muy bonito.

¿Es bonito o no? (el juego, no el hule?

Después del Gonzaga nos recogimos a nuestros aposentos.

El sábado mi infalible hermano, Silvia, Alberto y Sr. y Sra. Meeple nos reunimos en casa para echar unas partidas.

Mientras llegaba el hermanito echamos un Divinare. Empiezo a leer por ahí críticas muy negativas del juego, basadas principalmente en que no hay forma de controlarlo, que es caos puro, que por mucho que juegues a contar, el que juegue al tuntún puede ganar.

Yo con ese argumento no estoy demasiado de acuerdo, porque al principio me costaba mucho ver la estrategia, pero desde que he cogido el truquillo al asunto suelo ganar bastantes partidas. Que puede ganar el que no cuenta ni una, puede. Pero ¿no hay un montón de juegos en los que puede ganar el novato o el que tenga más suerte con las cartas, las losetas o las tiradas de dados?

A mí me parece un juego fantástico y original.

Ya con todos los jugones en casa echamos un Agricola versión avanzada. Al principio no me gustaba jugar con cartas, pero ahora me parece muchísimo mejor juego.

Pedazo de partida me salió. Ved mi granja.

Completita, ¿no?

Tras la partidita de Agricola la Sra. Meeple se fue a dormir y los cuatro restantes echamos un Goa (al que ya le he jugado unas cuantas partidas).

Un juego que (me) gusta mucho. Sencillo de explicar y de jugar, pero con mucha chicha.

Partida muy igualada que ganó Silvia a la chita callando. Sin abrir la boca se llevó la victoria por un puntito sobre mi hermano.

Y hasta aquí el fin de semana lúdico. No ha estado mal.

A ver si vuelvo a coger el ritmo de entradas en el blog con las dos nuevas secciones que se espero estrenar en breve.

Saludos