Seguimos con un buen ritmo de partidas. 78 partidas este mes de marzo y 20 nuevos juegos (es lo que tiene tener alguien en el grupo de juegos que es un comprador compulsivo. jaja Daviiid).
Vamos a comentar los estrenos. Ojo que entre tanta novedad hay un par de zurullos bien hermosos.
BlackRock City
Juego de apuestas que no pasará a la historia como el mejor diseño de esa mecánica, pero que tiene una de las portadas mejor versionadas de la historia. ¿O no?
¿Habrá segunda edición del concurso de disfraces de la Ficha Negra?
Cuatro (Castro)
Otro juego que ni frío ni calor. No está mal, pero hay fillers mejores a patadas. Supongo que el hecho de que los dados y yo seamos enemigos acérrimos no ayuda. Unjuego apañao, sin más.
Murder of Crows
Filler de cartas semi-desconocido que además de ser precioso resulta muy majete. En la línea de los love letters y similares pero con algo más de enjundia que el susodicho juego regulero de Seiji kanai.
Dingo's Dreams
Juego tipo puzzle de Alf Seegert ilustrado por su amiguete Ryan Laukat.
¿Os acordáis de aquéllos puzzles mini de los ochenta que tenían un hueco para poder mover las piezas? Pues más o menos Dingo's Dreams es eso. Un puzzle en el que hay que conseguir un patrón colocando las fichas.
No es una maravilla para los adultos, pero muy útil para jugar con los pequeños.
Mangrovia
Familiar de Zoch con mecánica de mayorías sencillo y muy apañao.
Cumple la función que tienen que cumplir los juegos de este estilo. No me importaría repetir. Un buen juego en su categoría.
Milestones
Compré este juego de segunda mano por su excelente precio y porque uno de sus autores es Stefan Dorra, del que soy muy fan. El juego está codiseñado por Ralf zur Linde, autor del pastoso Finca y coautor con Dorra e Pergamon y Gum Gum Machine.
El juego es bastante regulero. Aceptable, pero sin transmitir tensión ni sensación de decidir nada interesante.
Prescindible y de lo peor que ha diseñado Stefan Dorra.
Salamanca
Otro juego de Stefan Dorra con mecánica de losetas y algo de puteo.
La mecánica de ir pasando cartas me pareció bastante cutre y el juego tampoco es precisamente brillante.
Ayyy Dorra que me estás fallando.
Nauticus
Un juego de la doble K (Kramer y Kiesling) que casi siempre triunfa en casa de la Ficha Negra. Digo casi siempre porque Nauticus es una de esas pocas excepciones.
Juego demasiado previsible y lineal que no aporta nada y que tampoco transmite sensaciones especiales. Además ¿qué feo es ese azul que lo invade todo! Horrible.
Un juego prescindible del dúo maravillas.
Sanssouci
Diseñado por Michael Kiesling (Vikings y un montón de títulos con el abuelo Kramer), la mitad del dúo dinámico. Estamos ante un juego familiar de losetas, sencillo pero original y con su gracia.
Un juego amable, recomendable para jugar en familia que si algún día veo baratito irá pa' la saca.
Richelieu
Juego de mayorías que no hay que confundir con la mítica joya de Michael Schacht del mismo nombre.
Estamos ante un juego diseñado por Olivier Lamontagne, feo hasta el límite y con un diseño gráfico que no lo quisiera ningún autor para uno de sus juegos.
Aún así, con ese hándicap del aspecto infame, estamos ante un juego muy correcto de mayorías con "colaboración porculera" en la que debemos ir apostando fichas ocultas (al estilo de Aladdin's Dragons) para llevarnos losetas e ir haciendo mayorías.
El juego se encuentra barato y, si no os importa su fealdad, puede ser una buena compra por cuatro duros.
Manifest
Juego raruno diseñado en Nueva Zelanda cuya mecánica principal es pick up and deliver. Estamos ante una especie de Ticket to Ride en el que deberemos cumplir contratos recogiendo mercancías en determinadas ciudades (las únicas que sirven ese producto) y entregándolas en otros puntos del mapa.
La gracia está en que en nuestro turno podemos jugar cartas de tres formas diferentes: como dinero, como puntos de movimiento o como acción especial, básicamente para dar cera al contrario.
Un familiar al que sólo le he jugado dos partidas pero que, una vez dominas la cartas, puede ser muy divertido.
El juego tiene una versión avanzada de construcción de mazo que creo no aporta nada más que tiempo al juego.
Un juego de Ryan Laukat quien suele editar juegos que parecen (o directamente están) poco probados y presentan lagunas importantes.
City of Iron es el mejor de los juegos de Laukat que he podido probar. Un juego de construcción de mazos muy original y con algo de interacción.
Deseando jugar otra.
Edo
Agradable sorpresa este juego de Queen que es algo más chichoso que los diseños que suele presentar esta editorial.
Un juego de programar tus acciones de una forma muy original y sesuda, con unas losetas diseñadas con muchísima mala leche.
Muy buen juego.
Five Tribes The Artisans of Narqala
Esta expansión para Five Tribes, uno de mis juegos favoritos de los últimos años, aporta una nueva tibu (six tribes) con nuevas formas de puntuar y, por tanto, alguna variante estratégica.
Las partidas aumentan en puntuación y también en duración, pero esto último queda compensado por las nuevas posibilidades que ofrece el juego.
Las partidas aumentan en puntuación y también en duración, pero esto último queda compensado por las nuevas posibilidades que ofrece el juego.
Una buena compra para los amantes del juego base que, no obstante, ya es excelente por sí mismo.
Cubist
Una de los mejores descubrimientos del mes.
Siete partidas a este estupendo filler de dados con un estilo muy similar a Blueprints.
Blueprints está cosechando grandes críticas y a mí no acabó de gustarme. Se fue de la colección. Cubist es un juego similar a Blueprints pero con más chicha, interacción y emoción.
Partidas de media hora con una mecánica original y fresca.
Gran juego que tendrá reseña en breve.
Airlines Europe
Fantástico juego de Alan R. Moon. Estamos ante un juego de crear rutas cuya mecánica principal es la compra de participaciones (mecánica que los yankies llaman "stock holding").
A la Ficha Negra le pirran estos juegos de acciones. Eso de ir inflando una compañía y luego hacer un "zasca" en el momento oportuno me vuelve loco. Loquísimo.
Gran juego este "Ticket to Ride Económico" (y los avioncitos son taaaaan molones...).
Dejaremos el mejor descubrimiento del mes para el final y analizaremos tres mojones bien hermosos que he tenido la desgracia de catar y soportar.
Champions of Midgard
Horrible mezcla de tiradados y colocación de trabajadores que debes aguantar estoicamente durante aproximadamente una hora y media. Tontá de juego total y absoluta que no aporta nada más que sopor y repetición, tedio y ganas de emigrar muy lejos. Bucle eterno de los que paran los relojes que espero nadie vuelva a ofrecerme para jugar si no quiere acabar en el hospital y yo en la cárcel.
Por si el diseño no fuera suficientemente malo, el juego está mal editado. Parece ser que la tirada de esta edición trae osetas repetidas y otras muchas que faltan. Así ocurría en la copia que jugamos en la blackueva. Lamentable experiencia lúdica.
King's abbey
Sólo una partida a este juego complejo, pero suficiente para diseccionarlo y verle las costuras. Este King's Abbey es la opera prima de Randy Rathert quien, al parecer, ha decidido diseñar un juego con todo lo que le gustaba de sus juegos favoritos. El Frankestein de los juegos de mesa modernos.
King's Abbey es el hijo bastardo de Stone Age y Ora et Labora, un engendro que también toma algo de Troyes.
Juego sin interacción (esto no tiene porqué ser negativo) y sin tensión (esto sí), que mezcla sin demasiado acierto diferentes mecánicas de aquí y de allá. Algunas como los eventos de los vikingos son mecánicas tremendamente inconexas con el resto del juego y resueltas de manera poco elegante.
Un experimento fallido que demuestra que a más de un proyecto de Kickstarter le falta un hervor.
Por si esto no fuera suficiente, el diseño del juego (que eso sí, trae muchos componentes) me parece feo con avaricia y presenta unas cartas microscópicas y odiosas que aumentarán las dioptrías de los jugones miopes como la Ficha Negra.
Versailles de Andrei Novac
Vamos a poner el nombre del autor bien claro para que se sepa quien ha perpetrado este crimen lúdico. Versailles es un terrorífico pseudorondel infernal que nos tendrá dando vueltas a un circuito durante una hora y media, sin sentido alguno.
Todo muy dirigido, muy previsible, muy lineal, sin decisiones interesantes que tomar, sin crescendo, sin tensión, sin nada salvo una enorme sensación de ira contenida por estar perdiendo una hora y media de tu vida jugando a tal mierda. Más si te giras y ves auténticas joyas en tus estanterías con las que podrías estar gozando en lugar de jugar a esta basura infecta.
Por si eso no fuera suficiente, el juego es tremendamente feo, cutre y con un tablero muy poco funcional.
Lo peor que he jugado en años. No sé qué calificativo ponerle como broche de oro.
De los juegos de Andrei Novac he jugado a Wild Fun West, un buen juego de subastas, y a Praetor un juego aceptable, pero no brillante. Muchos otros juegos editados por él y por SU editorial tienen bastante mala crítica (verbigracia Warriors & Traders).
Supongo que ser autor y propietario de la editorial que fabrica tus juegos no es nada positivo para tu nivel de exigencia (puede ocurrir que tu ego alcance niveles extraterrestres que no te dejen verte el ombligo) y ello puede provocar que salgan a la luz engendros lúdicos como este Versailles.
Odioso.
Y tras este exorcismo, tras esta microrreseña vengativa pero reconfortante provocada por un calvario inolvidable de 90 minutos, vamos con el mejor descubrimiento de este mes de marzo.
Tacháaaaaaaaan
Capitol, de Alan R. Moon y Aaron Weisblum de 2001. Mundo viejuno total del bueno.
Esclavos de lo nuevo, dejad de leer ipso facto porque este juego seguro que no os interesa.
Capitol es un juego de mayorías más sencillo que el mecanismo de un botijo y más elegante que la gala de inicio de temporada de los Ferrero Roché.
Juegas carta y le toca al siguiente. Sin más. Hasta que todos pasen. Con las cartas o coges piedras para construir edificios, o colocas un tejado para acabar un edifico o colocas un edificio en uno de los nueve distritos.
Cuando todo el mundo pasa (con las propias cartas que le queden a cada uno) se realizan tres subastas de edificios que darán puntos adicionales en los distritos. Si pujas mucho te quedas sin cartas y sin cartas no construyes...
Tras las subastas cada jugador roba 6 cartas (hay excepciones) y siguiente turno.
Lo dicho, un juego sencillo a la par que elegante que dentro de su calma esconde mucha puñeta a la hora de luchar por las mayorías.
Estamos ante un juego ligero pero puñetero, muy táctico, de los que gustan a la Ficha Negra, con un encanto vintage en su diseño y componentes que fue reeditado en 2004 como un juego de cartas llamado Clocktowers (preciosísimo, quiero uno) y en 2009 con un lavado de imagen y con otro nombre: Skyline 3000.
Muchos estrenos este mes. Esperemos que el próximo tenga también muchas partidas y novedades.
¡Jugad mucho!