Se acabó el primer trimestre y lo cerramos con 96 partidas en marzo, la mayoría a juegos clásicos y que apetece jugar siempre. Sólo 8 estrenos con diferentes sensaciones. Ahí van.
Karuba de cartas
Sencillísimo juego infantil muy simple pero con su gracia en las apuestas/cálculo.
A pesar de ser tan sencillo y diferente al juego original mantiene las sensaciones del Karuba grande.
Se puede quemar rápido, pero es un diseño aceptable que seguramente triunfará con los pequeños. No obstante, teniendo el Karuba original sólo entiendo jugar/comprar éste por cuestiones de presupuesto.
Osopark
Otro juego para jugar con niños y que tampoco es especialmente brillante. De los diseños más flojos de Phil Walker-Harding este Osopark es un juego de puzzle que entretiene pero al que le falta algo de chispa.
Así que estamos en definitiva ante un poco sosete, pero que tampoco es para quemarlo en San Juan. Un diseño que cumple, pero sin enamorar. Me juego un Patchwork antes que un Osopark.
Shadow Hunters
Juego de roles ocultos más simple que el mecanismo de un botijo.
Es un juego que quería probar desde hacía tiempo y ha sido una pequeña decepción tras dos partidas poco chisposas y planas.
Diseño dependiente del grupo que en general no mejora ningún otro juego de roles ocultos que suele ver mesa en casa.
Trapwords
Juego de palabras que le da una vuelta al clásico Tabú. Aquí las palabras vetadas las establecen los propios jugadores, que reciben una palabra que deberá adivinar el equipo contrario. Cada equipo determina las palabras prohibidas para el portavoz del otro equipo, que deberá dar pistas para que su equipo acierte la palabra en cuestión, pero siempre sin pronunciar una palabra vetada. Eso genera una psicosis interesante y divertida porque, como el número de palabras vetadas es pequeño, nunca sabes si decir o no una palabra obvia para que tu equipo adivine tu palabra.
Un diseño divertido al que personalmente le quitaría la parte del mazmorreo que creo estorba más que favorece al diseño.
Aún así, recomendado.
Montañas de la locura
Juego cooperativo con su puntito de gestión dirigido a personas sin sentido del ridículo y con ganas de hacer el imbécil y reírse de uno mismo (y con los demás).
No llego a entender algunas críticas que he leído a este juego porque te puede gustar o no, pero si sabes a lo que juegas el juego cumple con lo que promete.
Si odias el punk es normal que no te entre el Never Mind the Bollocks.
Robin Hood and the Merry Men
Juego de colocación de trabajadores y colecciones que de inicio tenía muchos ingredientes para gustarme pero que en su primera partida pinchó bastante.
Aún así, fue una primera partida un poco lenta y trabada por cuestiones de reglas, pero le daría otra oportunidad.
Veremos cómo va la segunda partida.
Crónicas del crimen
Los juegos de mesa con "mecánica" de escape room no me entraron de inicio y, tras probar casi todos los habidos y por haber, definitivamente se que no me gustan. Siempre hay cabos sueltos y momentos de anticlimax que te sacan de la historia y que no tienen sentido alguno.
Este Crónicas, a pesar de no ser estrictamente un escape, estaba bajo sospecha por si adolecía también de ese problema de poca conexión y, además, por si se cumplía eso que dicen muchos de que te pasas escaneando más que el cajero de un super.
Tras jugar un par de partidas debo decir que el juego está muy bein ligado (al menos en las historias jugadas hasta ahora) y que el uso de la tecnología no te saca de la historia ni perjudica la experiencia lúdica.
Así, Crónicas del Crimen es un juego fresco que integra perfectamente el uso del móvil con los juegos de mesa y que en cada partida ofrece una horita y pico de deducción interesante y divertida. Recomendado.
Yedo es según algunos el Lords of Waterdeep (LoW) con chicha y decisiones. El LoW para jugones.
Para el que escribe, Yedo se parece ciertamente a LoW en que es muy simple en su idea (coger recursos para cumplir encargos), pero le añade varias barrocas capas de ideas que lo ensucian, complican y le quitan toda la chispa y diversión del juego de Wizards of the Coast.
Mi primera (y única partida) a este juego se desarrolló en tres largas y muy poco trepidantes horas.
Juego lineal, repetitivo, sin sensación de desarrollo y con muy pocas acciones interesantes para los jugadores. Cada jugador dispone de dos meeples de incio (pueden llegar a ser 4), pero juro por Reiner Knizia que la mayoría de turnos me sobraba alguno de mis dos meeples porque la oferta de acciones era realmente lamentable.
La mezcla de mecánicas (hay una pequeña subasta al principio de cada una de las once insufribles rondas y una posible fase de negociación) no es especialmente brillante ni chisposa, más bien insulsa y artificial.
Por último, para acabar de rematarlo, el aspecto gráfico me parece muy poco acertado: el tablero es estresante e irritante y la iconografía no es especialmente acertada a pesar de no presentar complicaciones.
Yedo ha sido una de las experiencias más cargantes, pobres y odiosas de los últimos años, aunque creo que se le puede recomendar a todos aquellos que disfrutan con capas mecánicas meramente decorativas que sólo sirven para aparentar profundidad y ensuciar la experiencia lúdica, alargando la partida innecesariamente. Amigos de Panamax, Wildcatters y similares quizá le vean algo bueno a este juego. El LoW barroco.
Las opiniones sobre este juego están muy polarizadas y no suele haber grises: o juegazo o mierda supina.
Personalmente estoy en el segundo grupo, y como presidente vitalicio de su club de haters, no me entra en la cabeza que haya gente que lo catalogue de juegazo. Hay gente pa' to' y siempre olvido que hay muchos muertos por dentro que están entre nosotros.
Mientras os echáis este peñazo infumable de Yedo yo me jugaré un Lords of Waterdeep bien majete y en las dos horas que me sobren un Carson City y seguramente un Arquitectos del Reino del Oeste.
Hasta aquí el repaso a las partidas y novedades de marzo.
Hasta la próxima.