¿Qué es lo que queremos? o Quejarse por costumbre

Hace bastante tiempo que en el mundo lúdico abundan opiniones, artículos y debates sobre la saturación del mercado de los juegos de mesa (una hoy mismo AQUÍ). Muchos opinan que tantas novedades perjudican nuestra amada afición.

Hace años los jugones se quejaban de que había muy poco donde elegir. Se lamentaban de que hubiera pocas novedades y de que no se importaran algunos juegos editados en el extranjero.

Ahora que el mercado es amplio los jugones se quejan (nos quejamos) de que hay una abundancia de estrenos que provoca cosas tan dañinas como éstas:

- Dificultad par elegir qué juegos comprar.

- Imposibilidad de probar todo lo que sale en el mercado.

- Imposibilidad de rejugar los juegos de la ludoteca.

- Dificultad para que los nuevos jugones entren en el mundillolúdico.

El caso es quejarse.

Pensemos un momento en el mercado musical. ¿Cuántos discos se editan al año? ¿Un buen aficionado a la música, habitual comprador, comprará TODOS los discos de su estilo que salgan a la venta o elegirá lo que más se adapte a su gusto?

El tema, en el fondo, es una cuestión de cultura, de educación y de criterio lúdico.

¿Quién tiene la culpa de que no demos abasto: la industria o nosotros mismos, los compradores?

Creo que lo importante es que tengamos un criterio y nos curremos las cosas antes de comprar de forma compulsiva. Con información y análisis (lectura de reglas, búsqueda de reseñas y opiniones, etc.), en definitiva, CON CRITERIO, la abundancia de la oferta no es ningún inconveniente. Es una bendición.

Y es una bendición desde varios puntos de vista:

- A mayor oferta mayor abanico de juegos de diferentes estilos, mecánicas, precios, etc.

- A mayor oferta, mayor posibilidad de que los autores vean publicados sus juegos.

¿Dónde están pues los inconvenientes de la "saturación"? 

El problema lo tenemos nosotros que queremos la inmediatez y adquirir CUÁNTO en lugar de QUÉ.

El problema lo tenemos nosotros que queremos CONOCERLO todo en lugar de filtrar y DISFRUTAR lo que realmente nos interesa.

El problema lo tenemos nosotros que a menudo olvidamos la esencia de los juegos de mesa: QUE SON PARA JUGAR. Los convertimos en productos de coleccionista, de consumo, de usar y tirar, es decir, en un juego de dos partidas y para luego olvidarlos en la estantería (sin reconocer que en realidad coleccionamos).

Quien quizá tenga un problema son las editoriales pues cada vez tienen más competencia y tienen que bregar para ganarse una cuota de mercado, pero ese es el problema de su negocio. Lo nuestro no es un negocio, es una afición que se beneficia de esa pluralidad y de esa abundancia editorial. 

Reconozcámoslo: lo que en el fondo nos jode es que haya tantos juegos por ahí y que no tengamos tiempo ni dinero para jugarlos todos.

¿Y los nuevos en este mundillo? ¿Se desorientan con tanta oferta? 

Pues creo que cabe la misma respuesta para ellos que para los jugones: una vez iniciados por alguien (que es la forma habitual de entrar en el mundillo) a informarse y a elegir. Al principio cuesta, pero luego, con el tiempo se aprende.

En definitiva, SÍ creo que hay una cantidad ingente de novedades al año. ¿Saturación? Yo lo llamaré abundancia. Y entre esa abundancia ciertamente hay mucho, mucho juego prescindible (repetitivo, muy similar a otro que ya existe) pero también muchos buenos juegos y mucha diversidad en la que podemos disfrutar sin estresarnos si tenemos suficiente criterio.

Lo mismo pasa con el tema del exceso de información en la red, de lo exagerado de Essen, etc., etc.

Elige, joder, elige.