Siempre digo que en esta afición
nuestra es más importante tener un grupo habitual y constante que centenares de
juegos cogiendo polvo, pues de nada sirve tener un montón de cajas bien puestas
en sus estanterías y jugar una partida cada dos meses.
Esta perogrullada se ha visto definitivamente
ratificada con esta puta pandemia que nos aprieta a todos: llevo ya casi seis meses
sin abrir las puertas de mi santuario lúdico al grupo habitual. Ninguna maratoniana
sesión nocturna de viernes, sábados o vísperas de festivos desde marzo.
Y la cuestión es que no debería quejarme,
porque tengo la tremenda suerte de tener una familia jugona que cada día se
echa unas partidas a juegos familiares y de peso medio. Pero añoro al grupo
jugón, el cachondeo y euros más chichosos.
En la labor de rescate lúdico
ha contribuido principalmente mi primogénito, que se ha sentado a jugar Great Western
Trails, Cooper Islands, Grand Austria Hoteles, Russian Railroads entre otros
del estilo y, sobre todo, mucho vicio a Magic the Gathering.
Justo antes del inicio de la
pandemia, volví fuerte a Magic con la intención de “endrogar” a mi hijo y
regresar al circuito de campeonatos.
Para desarrollar este malvado
plan, estos meses de encierro y restricciones hemos comprado muchos sobres y
hemos jugado muchísimos sellados. Ikoria debía haber sido la primera
presentación en la que participase mi hijo con su flamante DCI (el carnet
oficial, de “federado”), pero el virus no nos lo ha permitido.
Gracias a mi pasado magiquero
tengo muchas cartas antiguas y he podido vender unas cuantas para reinvertir en
cajas de sobres y preparar a mi pequeño padawan.
Jugar sellados (abrir sobres,
crear tu mazo y competir con lo que sale) es ciertamente una afición cara.
También lo es entrar en el circuito de campeonatos y competir en formato estándar
pues la competición exige que tengas varios mazos y consigas las cartas caras
que todos los mazos competitivos llevan.
Precisamente el coste de los
sobres y el valor de las cartas competitivas es lo que ha creado la percepción,
y con razón, de que Magic es un juego caro.
Sin embargo, si juegas a Magic de
forma esporádica y no competitiva puedes disfrutarlo e iniciarte en el juego sin gastar demasiado
dinero ya que Wizards of the Coast saca productos al alcance de todos
los bolsillos.
Así, Wizards ha puesto en el
mercado productos como los mazos de plainswalker o los “Starter deck” y por
suerte Devir, que es el distribuidor en España, no ha hecho como con muchas
expansiones de sus juegos de mesa y nos facilita el acceso a todos sus productos.
Mola.
Los mazos de plainswalker son mazos de 60 cartas que traen una caja de cartón para guardar el mazo, un planeswalker foil y un código para MTGArena que te permitirá jugar online con ese mazo. El precio es de 11,95 € para los mazos de colecciones básicas (viene sólo un sobre) y de 15,95 € para el resto de colecciones (2 sobres) (sobre los Plainswalkers en Magic ya hablaremos en otro momento, pues yo soy de los que los que piensa que han hecho más mal que bien al juego).
Por otro lado tenemos los Kits de
Inicio, unos packs de dos mazos monocolor de 60 cartas cada uno, que traen 4
cartas únicas (fuera de la colección estándar), y un
código de mazo para MTGArena. Para iniciarse o para enseñar a jugar a alguien éste es
un producto estupendo pues es abrir y jugar a un precio magnífico: 8,95 €.
Además de estos paquetes para
iniciarse, Magic se puede jugar online de forma gratuita en la plataforma
oficial Magic Arena, que es una herramienta ideal para aprender a jugar casi
desde cero pues tiene un tutorial fantástico en el que los novatos
pueden aprender paso a paso y mejorar hasta convertirse en expertos.
El confinamiento ha sido para mi hijo una oportunidad estupenda para entrar a fondo en Magic the Gatehering. Él ha tenido la suerte de que su padre era un extoxicómano magiquero (ahora de nuevo sin el “ex”) y disponíamos de miles de cartas con las que confeccionar mazos o bien vender un puñado para “reinvertir” en sobres, pero con estos nuevos productos de Magic ya no hay excusa para aparcarlo. Aunque son productos que se quedan cortos para jugadores expertos, son un punto de partida excepcional para quienes están aprendiendo: mazos construidos, sobres de regalo y cartas únicas a un precio excepcional.
Si descartabais entrar en Magic
por su complejidad, por su precio o por la variedad de producto éste es vuestro
momento. No lo dudéis más. A mí Magic me
ha salvado la vida durante el confinamiento.
Si os animáis a aprender por MGTArena ahí estaré para echar unas partidas.
Eso sí, tened cuidado que
envicia.