Autor: Alain Ollier
Publicado por: BlackRock Games, Blue Orange Games y otros
Año de publicación: 2010
Duración: 40 minutos
Número de jugadores: 2-4 (hasta 6 con expansión)
Dos meses sin hacer reseñas. Casi lo he olvidado. Vamos a ver
qué tal con este pequeño gran juego de gángsters. Un tema que le encanta a la
Ficha Negra.
Componentes
El juego trae 27 cartas de ciudad, 8 de personaje y 5 de
policía. Las cartas son de un grosor aceptable, nada extraordinario, y destacan
por sus dimensiones porculeras a tope que impiden que podamos enfundarlas.
Además, el juego trae un tablero de puntuación 36 cubos de colores, 4 marcadores de prohibición, 4 de puntuación y un marcador de jugador incial.
El reglamento está bien escrito y lleva ejemplos.
El juego
En Kansas o te llevas un botín de 2, o uno de 3 o un tiro. |
Una partida de the Boss se desarrolla en 3, 4 ó 5 rondas, dependiendo de las cartas de policía.
Antes de empezar colocamos las cartas de personaje por orden con el Boss en el segundo lugar.
Cada jugador recibe sus gángsters (6 cubos grandes y 3 pequeños).
Cada carta de personaje representa el jefe de la mafia de su ciudad. Colocaremos boca abajo una carta de ciudad bajo cada uno de los personajes (excepto del Boss). Ese será el botín secreto de la ronda por el que deberemos pelearnos.
A continuación se reparten todas las cartas entre los jugadores. Todos los jugadores tendrán el mismo número de cartas, pero de diferente color.
Las cartas de personaje tienen unos iconos que indican qué hay en cada carta de ese color.
Así, hay 3 cartas en Kansas City, una es un botín de 2 otra es un botín de 3 y otra es una pistola (lo que significa que si alguien se lleva esa carta uno desus matones morirá). Como decía, una de las tres cartas de, por ejemplo, Kansas City estará bajo el personaje, boca abajo. Las otras dos se repartirán entre los jugadores.
Set up para 4 jugadores |
En su turno, el jugador activo debe colocar obligatoriamente y boca arriba una de sus cartas en la ciudad correspondiente y después, si lo desea, puede colocar gángsters en la ciudad que quiera. Así, al final de la ronda, quien tenga más gángsters en cada ciudad se lleva el botín, es decir, la carta boca abajo.
La gracia del juego está en que se va mostrando información poco a poco para ir descubriendo qué carta está boca abajo en cada ciudad.
Se pueden colocar también cubos en el Boss. Al final de la ronda quien tenga mayoría en el Boss se lleva la mitad los valores de las últimas cartas que qeudaron boca arriba en cada ciudad que quede a la izquierda del Boss. Al final de ronda el Boss se mueve un espacio a la derecha por lo que el botín que trinca es cada vez mayor.
Además de cartas de botín hay otras cartas de ciudad con otros efectos. Si te llevas como botín la carta de pistola, uno de tus gángsters (cubos) muere en el tiroteo y lo pierdes. Si te llevas la carta hospital, uno de tus gángsters resulta herido y lo pierdes un turno. Y si te llevas la de hospital pierdes un gángster dos turnos.
mayorías. Foto BGG |
Al acabar la ronda, se entrega el botín de cada ciuda a quien tenga mayoría en ella, la carta del Boss se mueve un espacio a la derecha, recuperamos los cubos grandes (los pequeños se pierden) y empieza otra ronda (el marcador de jugador inicial pasa a la izquierda).
Cuando quedan dos turnos para el final de cada roda se muestra una carta de policía. Las cartas de policía muestran placas de color oro y plata. Cuando coincidan tres placas del mismo color, la partida acabará en esa ronda.
Opinión
The Boss es un juego de cartas que mezcla mayorías, deducción y bluffing de una forma elegante y sencilla. Con muy poco a los jugadores se les presentan decisiones interesantes: ¿qué carta pongo primero? ¿Pongo un cubo en una ciudad en la que sé que el botín es pésimo a ver si me disputan la ciudad y piocan el anzuelo o voy a pujar fuerte por lo seguro?
Qué carta poner antes y cual después así como la opción del bluff son dos cuestiones simples que darán más de un quebradero de cabeza.
Como punto negativo decir que puede ocurrir que haya menos rondas que jugadores, por lo que no todos serán jugadores iniciales. Con esta simetria se crea una desventaja para algunos y una ventaja para otros. El autor lo intenta solventar haciendo que el útlimo turno de la última ronda se juegue por orden de cubos restantes. Es decir, en la carta decisiva primero juega a quien le queden más cubos, luego el segundo y así sucesivamente. En mi opinión este factor corrector no llega a arreglar la desigualdad del jugador inicial.
Aún así, y a pesar de este pequeño desequilibrio, The Boss es un juego que merece muchísimo la pena por su sencillez, elegancia y porque aporta mucho con muy poco. Una mezcla de mecánicas poco habituales que merece entrar en cualquier ludoteca por ser un gran filler.
El juego tiene una expansión que permite jugar a dos jugadores más. Parece ser que el juego lo va a editar en español la nueva editorial ABBA. ¿Incluirá la expansión? Veremos.
Por último ¿os suena este Boss?